La palabra cupcake cada vez tiene más peso en nuestra lengua, aunque aún somos muchos los que no sabemos exactamente cuál es la diferencia entre un cupcake y una magdalena. Si uno se atiene a la definición del traductor de Google, no hay duda: un cupcake es una magdalena. Pero si le echamos un vistazo a los resultados de imágenes del famoso buscador introduciendo ambos términos por separado, nos damos cuenta de que magdalenas y cupcakes pertenecen a esa extraña corriente filosófica perfectamente definida en su día por Martes y 13, de lo que «es lo mismo, pero no es igual».
Así, si una magdalena es un modesto bizcochito en dosis individual, un cupcake es como su prima de la capital; es decir, la versión anglosajona, de ciudad, pija y recargada, de nuestra modesta y pueblerina magdalena con boina de azúcar. Es como comparar a Britney Spears con la vieja’l visillo; aunque yo, francamente, no sabría con quién quedarme.
Por dejar cerrado el tema de las diferencias entre una magdalena y un cupcake, diremos que a un cupcake se le presupone un plus de color, de presencia, de aroma, e incluso de sabor, con complementos en forma de virutas de chocolate, sombrerito de crema, fondant, etc.; capaces de seducir más por la vista, que por el propio gusto. De todo esto, y con la seriedad y profundidad que requería el asunto, ya habló el Comidista en su día en un artículo titulado «Todo lo que debes saber sobre los cupcakes«, con «url fantasma moda-cupcakes-magdalenas».
Los 2 requisitos para hacer cupcakes perfectos:
Lo más cercano a un cupcake que he hecho yo, fueron las «magdalenas de fresa y chocolate» del día de San Valentín, pero he de reconocer sin ningún tipo de complejo que éstas, perteneciendo a la raza de los bizcochos, no vinieron al mundo con pretensiones de cupcake. Están buenísimas, e incluso cumplen con el requisito del provocador aroma cuando se hornean, pero les falta glamour, tal vez pretendidamente.
Y es que un servidor es de los que defiende la calidad y el sabor del bocado por encima del ornamento en cualquier producto gastronómico. No es que desprecie la presentación en la comida -al contrario-, pero rechazo de plano a cualquiera que se las dé de cupcake por los jeans, el polo y el jersey de marca; y no tenga un corazón con, al menos, una de las cinco estrellas que Sabina le atribuyó al de nuestra magdalena hispánica.
1. El primer requisito para hacer un cupcake perfecto, por tanto, es que esté hecho con un buen bizcocho, una base esponjosa y sabrosa que no defraude a la encantadora presencia que se le presupone. Y para eso, lo más inteligente es dejarse guiar por los expertos en esto.
En el ámbito de la calidad en repostería, no hay un blog en el que confíe más que en Webos Fritos. Por eso os recomiendo la receta de los «bizcochos fáciles de chocolate» si queréis una buena materia prima para ornamentar vuestros cupcakes.
Si sois más clásicos, la masa de este «bizcocho de yogur griego» de Pío Recetas, distribuida en moldes individuales para cupcakes, es igualmente de total garantía.
Y si vuestras exigencias en la cocina se encuentran más cerca de lo celestial que de lo terrenal, las «magdalenas al vapor» de La Receta de la Felicidad son más coquetas luciendo sin ropa, que cualquier cupcake con maquillaje, abalorios y ropas de boutique de lujo.
2. Pero si vamos a hacer los mejores cupcakes, tenemos que ser fieles al concepto, y para eso, tenemos que saber darle ese toque de distinción del que venimos hablando. Una vez que tengamos nuestro bizcochito listo, podemos decorarlo con un frosting (sombrero de crema) original como el que describen los chicos de Ole tus Fogones en su receta de «Mojito Cupcake«, o con uno de fresas como el de sus «Cupcakes de chocolate blanco y frosting de fresas«.
Pero si eres un Indiana Jones de los cupcakes, y estás en busca de la cobertura perdida, tienes que aprender a dominar la técnica del fondant. Para que te ilustres, en este post de Hollycocina sobre la «Elaboración de una tarta fondant» se explica el proceso a la perfección, siendo aplicable tanto para una tarta de cumpleaños, como para unos cupcakes. Si llegáis a dominar la técnica, podréis hacer cupcakes de Navidad decorados con fondant al antojo de vuestra imaginación, como los de la foto de arriba.
Gracias,gracias y gracias!!aun no me lo creo,mi receta con la de webos fritos y la receta de la felicidad,pero si soy super fan de todos los bloggers del post!!me encanta!!
buenisima receta, y más para estas fechas navideñas. Las cupcakes cada vez están más de moda, se piden más en los restaurantes, y es un postre muy a tener en cuenta.