Durante el embarazo, las mujeres nos sensibilizamos con la alimentación de una forma casi sin precedentes. Saber que lo que comes afecta a tu futuro bebé, es un peso que para muchas madres puede ser difícil de llevar. Una buena dieta para embarazadas es casi todo cuestión de sentido común, pero hay ciertas pautas que toda mujer debe saber y seguir, para evitar problemas durante el embarazo, el parto y, en el futuro, sobre la salud de su hijo.
Sin entrar mucho en detalle, cosa que haré en un artículo próximo, voy a contar consejos a tener en cuenta durante el embarazo.
Algo que preocupa mucho a las embarazadas es el aumento excesivo de peso tanto por su figura futura, como por los problemas de salud para la madre, el feto y el recién nacido. Para evitarlo es recomendable que los alimentos que tomes, sobre todo carnes y lácteos, sean lo menos grasos posible y evitar, llegando a ser casi alimentos tabús, todo tipo de bollería industrial.
Lava muy bien las frutas y las verduras, llegando a esterilizarlas si no has pasado la toxoplasmosis (si ya la has pasado o no, te lo indicará tu ginecólogo o matrona mediante un simple análisis de sangre).
No tomes quesos que no sean procedentes de leches pasteurizadas, ya que los realizados con leches nos tratadas pueden transmitir cientos de bacterias, entre ellas la peligrosísima listeria monocytogenes. Por el mismo motivo, nunca tomes leches no tratadas.
La carne, tómala siempre bien cocinada, de nuevo la toxoplasmosis entra en acción, nada de embutidos crudos si no la has pasado. Si no puedes pasar sin tomar un poco de jamón serrano o un trozo de chorizo, cocínalo antes de comerlo, o mételo en el congelador de casa al menos 48 horas antes de consumirlo.
Cambia la carne por pescado (aunque te sea difícil, ya que es muy normal si estás embarazada el olor del pescado te cause nauseas), sobre todo por pescados azules, o por huevo, llegando a poder comer hasta un huevo al día, ya que ayuda al buen desarrollo del cerebro del bebé.
Los frutos secos son unos alimentos muy importantes, por su gran valor nutritivo y su aporte de ácidos grasos Omega 3, aunque hay controversia con este alimento, ya que algunos estudios lo han relacionado con un aumento en el riesgo de padecer asma del niño.
La sal nunca debe eliminarse de la dieta de la embarazada ya que aporta sodio, eso sí modera su consumo (para evitar la retención de líquido) y tómala yodada, ya que el yodo es muy importante para el feto.
El ácido fólico es una vitamina muy importante para el desarrollo del feto, y lo encontramos en verduras de hoja verde, espárragos, legumbres, huevos y el hígado, aunque hoy se suele tomar como un “medicamento” (consulta con tú ginecólogo ya que se debe empezar a tomar antes de quedarse embarazada) .
Decir que la mujer embarazada debe aumentar su consumo de líquidos (agua, zumos, infusiones sin excitantes, leche, etc) para estar bien hidratada, tanto ella como su bebé. No debe tomar alcohol ni fumar, ni tomar ningún medicamento que no le haya recetado su médico.
Siempre es aconsejable que consultes con tú médico, ginecólogo o matrona, las pautas a seguir durante el embarazo ya que son ellos los que lo siguen y los que saben lo que es mejor para tú salud y para la de tú bebé… en un artículo próximo te indicaré la mejor forma de comer regularmente y los grupos alimenticios a tomar, para alimentarte correctamente.