Uno de los problemas más frecuentes después de la Navidad, época de celebración, reencuentros familiares y, sobre todo, grandes comilonas, es qué podemos hacer con todos los restos navideños que tenemos almacenados en la nevera después de que las fiestas se hayan acabado. Y es que no están los tiempos para tirar nada, así que vamos a daros unos consejos sobre qué podéis hacer con esas sobras de la Navidad.
Aprovechando el marisco sobrante
El caso del marisco, uno de los grandes protagonistas de comidas y cenas navideñas, es problemático por su corta duración: una vez cocido, no aguantará en el frigorífico más allá de dos o tres días. Obviamente, una solución es volver a comerlo tal cual, frío pero siempre sabroso. Y frío deberemos comer los restos de marisco sí o sí, porque lo que nunca se puede hacer es volver a cocer el marisco ya cocinado. Una solución es recurrir a algún tipo de ensalada de frutos del mar: mezclando todo el marisco sobrante con un poco de arroz, con judías blancas, patata cocida o simplemente un poco de pasta ya tendremos un perfecto primero plato.
Otra opción es hacer una crema de mariscos o un fumet.
Y tampoco está de más recordar que el marisco ya cocido es un alimento que aguanta muy bien en el congelador, así que siempre podemos guardarlo para otra ocasión.
Aprovechando el pescado que sobra
Al igual que en caso del marisco, el pescado ya cocinado no debe volver a cocerse. Pero con sus sobras es fácil cocinar una sopa o un arroz de pescado, usarlas como relleno de unas empanadillas o para una empanada marinera, plato que no tiene ningún problema en aceptar restos de varios pescados diferentes. O las siempre fieles croquetas, una forma fácil de reciclar cualquier resto, y que de pescado salen ricas y jugosas.
Aprovechando la carne que sobra
En el caso de las carnes, aún valiéndonos la mayoría de los consejos dados para el pescado, vamos a buscar algo más original. Una posibilidad es usar como relleno de canelones o lasagnas la carne deshuesada y limpia. Hacer con ella una ropa vieja también es otra opción, sacando de unos restos un plato contundente para cualquier comida. Y si las sobras de carne no son demasiado abundantes, tampoco las tires: mezcladas con un poco de lechuga, con unas patatas guisadas o en cualquier cocido darán sustancia al plato que sea.
Aprovechando los postres que sobran
En general, los postres navideños no suelen estropearse demasiado pronto, pudiendo guardarse para comer con tranquilidad durante los meses siguientes. Pero si lo que te sobró es mucho turrón, que siempre sucede, puedes recurrir a hacer con él un helado, un batido, un flan, o incluso una ensalada.
En resumen, lo importante es echarle imaginación al asunto, y pensar de qué otra forma ese plato, ya preparado, puede resultar sabroso. Y sin que lleve demasiado trabajo, ¡que no son fechas para estar en la cocina todo el día!
Foto: Mario Carvajal
me encanta este post, me lo guardo en marcadores porke me parece muy útil los truquitos que contais. ¡¡ Genial !!