Aunque el microondas se ha convertido ya en un habitante típico de nuestras cocinas, no mucha gente usa este aparato para cocinar con él. Descongelar alimentos, recalentarlos, calentar el café y la leche o hacer palomitas es para lo que lo usamos, generalmente. Y es una pena, porque bien usado, el microondas puede permitirnos cocinar directamente en él, y de una forma no sólo segura, sino incluso sana.
Sana, sí, porque una de las grandes ventajas del horno microondas es que permite cocinar los alimentos en su propio jugo, cociéndolos desde su interior, sin necesitar así añadir grasas u otros líquidos para su cocción. Lo que lo hace el aparato perfecto para cocinar sin grasas casi cualquier tipo de alimento. Como un filete de pescado, unas patatas o unos langostinos: mételos en el microondas con un poco de aceite y sal, y en unos minutos tendrás un plato perfectamente cocinado, conservando todos los jugos del alimento. Añade a eso que, hablando de nutrientes, son muchos los especialistas que afirman que, al cocinar o descongelar los alimentos en menos tiempo, su pérdida de nutrientes es menor que en una cocción convencional.