España, una de las cunas de la dieta mediterránea, país productor y exportador de aceite de oliva, frutas y verduras de calidad; es, según se extrae de la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española (ENIDE) realizada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), un país en el que prevalece el desequilibrio en lo que a la dieta se refiere. Ello, unido a la tendencia cada vez mayor a los hábitos de vida sedentaria, ha provocado que un 56 % de los españoles adultos y un 27 % de los adolescentes y niños, sean obesos y se encuentren en situación de sobrepeso. Los que peor comen en España son los jóvenes de entre 18 y 24 años, la franja de población más dada al consumo de carne y de lácteos.
El rechazo a la dieta mediterránea en España se ha traducido en una disminución en la ingesta fruta, verduras, pasta y cereales, en detrimento de un aumento del consumo de grasas y de alcohol. Paradójicamente, a pesar de ello, los españoles están consumiendo en la actualidad una cantidad de calorías inferior a la recomendada (una media de 2.482 frente a las 2.550/2.600 estipuladas de forma general, sin tener en cuenta el estilo de vida de cada uno), una realidad que dibuja un cuadro de deterioro evidente de la nutrición en España.
Es una pena, pero es verdad, la dieta mediterránea se va perdiendo, cada vez tenemos menos tiempo, lo ahorramos en la cocina y nuestro cuerpo lo sufre…