A priori, puede parecer que relacionar el nombre de Alejandro Sanz con el cordero bajo en colesterol, sea una ecuación similar a la de la velocidad y el tocino. Pero no, por raro que parezca, lo cierto es que ambos elementos conforman una teoría con cierto sentido, que ha saltado a la actualidad a partir de la publicación de las conclusiones de una investigación de I+D+I en una granja de Olmedo, en Valladolid. En la misma, se ha conseguido obtener carne de cordero rica en Omega 3, baja en colesterol malo, con más colesterol bueno, y con menos calorías, a partir de una serie de cuidados que incluyen una alimentación específica, focos de calor para combatir las bajas temperaturas, y música de Alejandro Sanz. Una carne excelente, por lo tanto, para «corazones partíos».
El lema del proyecto es «Somos lo que comemos», un eslogan que bien admitiría la coletilla «y también lo que escuchamos», dado el mimo con el que los encargados de esta granja tratan a sus corderos, unos lechazos con criterio musical y preferencias bien definidas que se decantan por el pop español en general y por la música de Alejandro Sanz en concreto, antes que por la música clásica. ¿Alguien se ha preguntado qué pensará la SGAE de todo esto?
Seguro que la SGAE ya está pensando en un nuevo canon, habrá que ver si será por pieza o por kilo de cordero