La elaboración de platos, recetas o productos de un tamaño desproporcionado, con el fin de obtener una certificación oficial de los famosos Guinness World Records, parece haberse convertido en tradición en los últimos años. En España, por ejemplo, es bien frecuente la preparación de paellas gigantes como la que en 2001 se alzó en Valencia -dónde si no- con el certificado a la más grande del mundo, con una paellera que superaba los 20 metros de diámetro. Ahí es nada.
Al hilo de esta moda, en los últimos días ha sido noticia el registro del chorizo más largo del mundo, con nada más y nada menos que 1850 metros, realizado en Colombia con 920 kilos de carne de cerdo, 170 kilos de grasa, 100 kilos de cebollas y 30 kilos de especias.
Esta llamativa obsesión humana por el tamaño, nos ha sorprendido en los últimos días con la certificación, también por parte de representantes de los Guinness World Records, del asado más grande del mundo, con 13.713 kilos de carne. Éste, que tuvo lugar hace escasos días, fue firmado en Argentina -la capital de la carne- y sirvió para desterrar el antiguo récord registrado en 2008 en Uruguay, en lo que parecía haberse convertido en una cuestión de orgullo patrio. ¿Qué nos deparará el futuro?
Guau, que impacto visual ver tanto arroz junto…
Pues estas comidas para «gigantes verdes» deberian de
hacerse en sitos desfavorecidos y alimentar a muchas personas.
El proximo guinnes podria ser un pastel gigante o una mega-galleta!