Lo que entendemos por publicidad engañosa es tan habitual en la televisión, que hasta el propio término puede resultar redundante, al no aportar el adjetivo demasiada información a lo que ya indica, por sí solo, el sustantivo. Por eso, centrándonos en los productos alimenticios, los consumidores estamos obligados a utilizar un filtro cuando vemos los anuncios de la tele, o incluso cuando leemos la información del envoltorio de algunos productos.
Tan evidente y reiterativo es ya el tema, que hay asociaciones de consumidores como la alemana Foodwatch, que se esfuerzan en desenmascarar el engaño de muchas marcas apoyándose en actuaciones ingeniosas y con gran tirón mediático. Es el caso de la recientemente publicada «lista de las marcas de productos alimentarios más mentirosas de 2011» (Wahl zum Goldenen Windbeutel 2011), con su correspondiente palmarés. Hasta el próximo 16 de junio, de entre una selección previa de cinco productos, los consumidores germanos tendrán la posibilidad de elegir al más engañoso.
Si bien, como ya he dejado claro, ésta es una actitud generalizada aplicable a la mayoría de anuncios de productos alimenticios, no podemos dejar pasar la ocasión de mencionar a los cinco seleccionados por Foodwatch. Uno de mis favoritos es la marca de yogures Activia de Danone, que se pasan tres pueblos a la hora de seducir a los consumidores con una supuesta normalización de la regularidad intestinal (hablando finamente) e incluso una sensación de bienestar apoyada en una supuesta liberación de todos los males de la vida. También están los caramelos Nimm2, que no dudan en anunciar un más que improbable aporte de vitaminas; los sandwiches de leche Kinder de Ferrero, un pastelito con un alto contenido en grasas que se vende como snack ligero ideal para deportistas; las salchichas para niños Ferdi Fuchs de Stockmeyer, con una cantidad de sal impropia incluso para adultos; y los pepinillos Kühne, que incluyen aromas artificiales y colorantes varios entre sus ingredientes, a pesar de anunciarse impunemente como «producto totalmente natural».
Un poco más de responsabilidad y honestidad a las marcas, por favor. Sólo queremos saber lo que comemos, que ya resulta bastante difícil de por sí.
Me encanta este artículo… me encanta que de una vez se digan las cosas claras. Muy bueno y muy bien escrito.
Y a mí me gustas tú 😉