Tras hacerme eco de la noticia de la puesta en marcha de la campaña para promover el consumo de pan en la sociedad a través de su venta en farmacias, hace unas semanas tuve la oportunidad de dedicarle un artículo a este producto que tanto aprecio.
El pan es un ejemplo perfecto de la estigmatización que algunos alimentos han sufrido en las últimas décadas con motivo de la mala alimentación, de la búsqueda fácil de culpables y de la mala asimilación del concepto de consumo equilibrado.
El pan es bueno, lo dicen los nutricionistas, pero si de lo menos bueno no se debe abusar, de lo bueno tampoco hay que pasarse. No obstante, ya dejé caer al final de mi artículo que panes hay muchos, y que no todos son iguales. No todos tienen el mismo sabor, ni duran lo mismo, ni tienen los mismos efectos sobre el organismo.
Hoy ha llegado a mis manos este vídeo de EFE dedicado al pan; más concretamente al pan artesanal, que en los últimos años parece estar comiendo terreno en el mercado al pan industrial. En el mismo, dos representantes de dos cadenas de panaderías artesanales que sirven sus muchas variedades de panes en España, Le pain quotidien y Cosmen & Keiless, nos hablan de las propiedades del pan artesanal frente al industrial, destacando su mayor contenido en fibra, en hidratos de carbono, en omega 3, etc.; su conservación durante varios días, o la ausencia de complementos químicos en la harina, etc.
No en vano, la elaboración de pan artesanal a base de harina, agua, sal y levadura madre, requiere de un largo proceso de fermentación de ésta última a 21 ºC. Y esto, a la larga, se manifiesta en una mayor asimilación de nutrientes y en una mejor digestión.
Puede que en España la elaboración de pan casero no sea tan habitual. Yo he vivido en Francia, y al menos allí era muy frecuente que la gente cocinara su propio pan, aunque son costumbres que, por el tiempo que requieren, cada vez estań más en desuso. Vivimos en la sociedad del quiero pan y lo quiero ya, de ahí el auge de los panes tipo «baguette» precocinados, que se calientan sobre la marcha y se venden en cualquier tienda o gasolinera, tierno y sabroso, a cualquier hora. Sin embargo, cada día también somos más los que apreciamos el valor de lo tradicional, de lo bien hecho, de lo sano y nutritivo. Por eso, la noticias del aumento paralelo de la venta de pan artesanal alimenta mi esperanza de que, tal vez dentro de algunos años, en mi ciudad se instale una sola panadería de verdad, de las de antes.
Foto: EFE.
Siempre me he preguntado porque ya no se vende pan artesanal. Yo lo compraría, y sé de mucha gente que tambien lo está demandando.. Me ha gustado lo que escribís.
El pan industrial es un asco y cada vez lo hacen peor. O te lo comes recién horneado o se pone enseguida gomoso y tienes que acabar tirándolo, con lo cual te acaba saliendo más caro. Vale mucho la pena invertir en un buen pan.
Estoy totalmente de acuerdo. El problema es cuando la oferta de pan artesanal escasea. Por eso tampoco es mala idea hacerte tu propio pan, uno bien grande que te dure 5 ó 6 días. Mañana publicaremos un artículo con una receta de pan casero con las fotos del paso a paso. A ver si conseguimos que la gente se anime. 😉