Ni los productos españoles (nuestro querido pepino!!!), ni la soja alemana, ni nada de lo que se habló en su día y que tanto daño ha hecho a los alimentos a los que se ha señalado, y a los productores de los mismos, parecen ser finalmente el origen del brote de E. coli.
Resulta que ayer la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) indicó que el origen de la bacteria de E. coli está en una partida de semillas egipcias. Bueno, dicen que «es el vínculo común más probable», con lo que podemos decir que estamos casi como estábamos.
Según han indicado, hace unas semanas algunos órganos de control europeos ya habían advertido a algunos países, entre ellos España, que se había encontrado una relación directa entre unas partidas de semillas procedentes de Egipto, que se cosecharon en el 2009 o 2010, y que habían sido importadas dentro de sus fronteras. Resultado, España no ha sido el inicio de la epidemia, pero sí puede tener dentro de sus fronteras semillas contaminadas.
Ahora la parte reflexiva (hoy estoy reflexiva e irónica, lo siento): si aún no se ha confirmado al 100% si ese es realmente el origen de la cepa, ¿por qué se siguen dando nombres de alimentos y países de producción. No hemos aprendido ya el daño que se hace? Ya que se habla de semillas y país productor, ¿no deberían haber apuntado un poco más y haber hablado de cuales son? Ahora toda clase de frutas y verduras, (e incluso legumbres, arroz y cereales), están en el punto de mira, ya que casi el 100% crecen a partir de semillas… Y lo último ¿no habrá querido la UE tirar balones fuera de sus fronteras, echando el marrón a un país pobre en vías de desarrollo, que evidentemente tiene menos poder de defensión? No sé, sólo son pensamientos al aire de los que no creo que vaya nunca a tener respuesta.
Foto: Gato Azul
Parece que ya han concretado un poco, se habla de que son semillas de judías verdes… menos mal.