Algunos dicen que es por el calor, otros por las vacaciones, por la playa, por la piscina, por el bronceado o hasta por la ropa ligera. Pero a mí el verano me gusta porque es la época de los higos. Y claro, es tal el fervor que despierta en mí esta fruta, que se merecía un post.
Yo tomo fruta a diario, después de todas las comidas, y a veces incluso también en el descanso del trabajo a eso del mediodía, o en la merienda; y estos últimos días no me he llevado a la boca otra fruta que no hayan sido higos. No quiero resultar exagerado, pero os aseguro que aún no se ha dado el día en que, sentado a la mesa con un cuenco de higos frente a mí, me haya saciado de comer esta fruta. Ni me he saciado, ni me he empachado. Si he dejado de comer higos quedando todavía algunos sobre el plato, ha sido por reservarlos para otro momento o por no resultar maleducado.
Aún recuerdo los días en los que mis padres, mis hermanas y yo, estando en la finca de un tío mío, nos subíamos a las higueras con una cesta colgando del brazo y entonábamos la cantinela de: uno pa’ la cesta y otro pa’ la boca. ¿Y qué me decís del placer que produce dormir la siesta debajo de una higuera? ¿Qué tiene este árbol aparte de sus inmensas hojas y de su agradable aroma, que es capaz de abrazar cálidamente a cualquiera que cae bajo sus ramas, induciéndole al sueño irremediablemente?
Y para mi suerte, vivo en Extremadura, tierra de higos. En las inmediaciones de Almoharín, a escasos kilómetros de mi Cáceres natal, hay enormes extensiones bien arropadas por hermosas higueras que, además, dan ese tipo de higo dulce que es verde por fuera y blanco por dentro. Mis preferidos. A los rojos no les hago ascos, pero me gustan menos.
Lo peor, o tal vez lo mejor de los higos, es que sea una fruta estacional que solamente se puede comer en verano. Digo lo mejor porque yo soy de los que piensan que las cosas, si son en pequeñas dosis, se disfrutan más durante más tiempo. El vicio en la comida, y tal vez también en la no comida, una vez que te atrapa, te convierte en dependiente pero te priva del goce que procuce darse a las cosas sólo de vez en cuando. Por eso, aunque un amigo me comentó que solía hacerlo, yo me niego a congelar los higos para consumirlos en invierno. Y si lo hago, es sólo para cocinar algún plato con higos, que los hay, y muy buenos. Como ejemplo, estas milhojas de solomillo macerado con pimentón y puré de higos, de nuestro amigo Javier García.
Foto: Carlos Reusser
Ricardo, hoy me he dado cuenta de que tenemos algo en común: me encantan los higos!! Este verano aún no he podido catarlos, pero es buena fecha para ir al mercado y comprarlos.
Un beso.
El viernes estuve en Plasencia y le compré un kilo de higos a una señora que vendía fruta cerca de la catedral. Si estás por allí, no te será difícil encontrarlos.
Hola Ricardo, totalmente de acuerdo con vosotros….que fruta más exquisita. Esta tarde he hecho mermelada de higos de Extremadura, concretamente cerca de Plasencia. Mi vecina es de allí y me ha traido unos poquitos. La mermelada aun esta caliente, pero esta de VICIO. Si quieres la receta, en breves dias la colgare en la web de cocina.es. De todas formas, te adelanto que ya he colgado las fotos en el Facebook en la pagina de ….. Dolça Mania Susanna….
Un cordial saludo desde Barcelona
Muchas gracias a ti, por todas las dulces tentaciones que nos envías a través de cocina.es. Un poco más arriba de Plasencia, en Hervás, donde la maduración de todos los frutales es un poco más tardía que en el resto de la región, aún deben quedar algunos higos. Este fin de semana estaré por allí, e intentaré llevarme todos los que pueda para poner el broche de oro a la temporada haciendo la rica mermelada de la que ya me habéis hablado varios lectores. Un abrazo Susanna.
Ricardo, soy de Argentina, hija de gallegos, y adoro los higos, te digo que aquí para poder disfrutarlos en invierno, hacemos higos en almibar y los comemos de postre, son riquísimos.
Hola María. Tomo buena nota de lo que me dices. Si nos mandaras la receta, ya sea a través del blog, o a través de Cocina.es, te lo agradecería inmensamente. Un saludo.