Las conclusiones del estudio que he conocido hace poco (aunque se realizó entre el 2005 y el 2007) me lleva a pensar que algunas personas tienen mucho tiempo libre o les sobra el dinero. Según indica el citado estudio, realizado sobre nada más y más nada menos que 12.000 personas, aquellas que abusan y comen con alcohol, regular o esporádicamente, se alimentan con un exceso de carnes y un defecto considerable de frutas, verduras y lácteos, uniendo de esta manera a los efectos nocivos del alcohol, los de la mala alimentación.
Es evidente que algunos estudios como el que nos ocupa, de esos que nadie sabe quién se presta a ellos, me hacen gracia, otros me parecen graciosos, unos pocos son interesantes, otros son grandes descubrimientos para la humanidad, y otros directamente, me parecen totalmente innecesarios, vamos que mi vida no cambia nada de nada por haberlos descubierto.
Que este estudio me ha hecho gracia es evidente, si no no estaría hablando de él, y la razón es que creo que no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de las conclusiones a las que han llegado (para lo que sí hay que ser inteligente es para proponer al alguien hacer un estudio así y que te apoyen), ya que solo hay que darse una vuelta por bares y restaurantes a la hora de las cañas o del tapeo y las conclusiones salen solas… Y es que yo me pregunto ¿quién cuando sale de cañas o de copas con los amigos está pensando en pedir una ración de lechuga con tomate o de puré de calabacín?¿no es cierto que cuándo una ración está acompañada de patatas fritas no queda ni rastro de ellas, pero cuando se acompaña de verduras suelen quedar casi todas?¿habéis visto alguna vez alguien pedirse un yogur desnatado para cerrar la velada?. No señores, seamos realistas la unión whisky con hielo –espinacas a la crema, no es nada pero nada apetecible… Eso sí, como con el tema del alcohol y el alcoholismo no es para frivolizar, cuando el consumo de alcohol se convierte en un problema, busca ayuda, lo menos importante es si comes bien o mal.
Foto: Daquella manera