Con el otoño, a la caída de las hojas de los árboles y de los satélites de la NASA, se suma la caída del cabello de las personas. No se cae el pelo del resto del cuerpo, no; o si se cae, es imperceptible. Pero el cabello, el pelo de la cabeza, ese factor tan determinante, según dicen los psicólogos, de la autoestima de las personas, se cae en otoño más de lo normal. Las causas de la caída del cabello en estos meses al parecer no están del todo claras, apuntando algunos científicos a la herencia de nuestra prehistoria biológica, cuando mudábamos el pelo al igual que les sucede a muchos animales.
Pero más allá de la caída estacional, los tricólogos -que así es como se llaman los expertos en la caída del pelo- aluden a factores genéticos, al modo de vida y a la alimentación, como principales condicionantes de la caída del pelo. De estos tres grupos de causas, las primeras -las genéticas- son inevitables, mientras que las dos últimas las podríamos considerar como controlables. Y siendo éste un blog gastronómico como es, de entre ésas dos, nos interesa ceñirnos al análisis de las últimas: las causas de la caída del pelo asociadas a un déficit en la alimentación.
Si eres genéticamente peludo a nivel de la azotea, y no eres víctima del estrés, ni sufres desajustes en el tiroides, ni abusas de los cosméticos (tintes, cremas, champús, etc.), ni del secador, ni de la plancha; y aún así se te cae el pelo, es muy posible que no estés comiendo bien, y que seas víctima de algún tipo de anemia o simplemente tengas unos niveles deficitarios de vitaminas y minerales. Esa es la razón por la que en otoño nos bombardean con anuncios de elixires contra la caída del cabello que, en realidad, son complementos alimenticios. En este sentido, hay que partir de la base de que un aumento de la densidad del cabello asociado a un tratamiento de este tipo, siempre es lento y no demasiado sustancial. Además, son muchos los médicos nutricionistas que, excepto en estados carenciales evidentes, prefieren recomendar cambios en la alimentación antes que botes de vitaminas para paliar la caída del cabello.
¿Y qué hay que comer para que el pelo no se caiga, o se caiga al menos a su ritmo? A continuación os dejo una lista que no me ha costado demasiado conseguir, de las comidas recomendadas para aumentar los niveles de Vitamina A, Vitamina B, Vitamina C, Cobre, Hierro, Zinc, Ácido fólico y biotina. Son éstos:
– Frutas: naranjas, limones, pomelos, manzanas, kiwi, plátano, fresas o aguacate.
– Verduras: espinacas y espárragos.
– Hortaliza: zanahorias, remolacha y champiñones.
– Legumbres: lentejas y garbanzos.
– Frutos secos: nueces, pistachos y almendras.
– Carne: hígado y riñones.
– Cereales: germen de trigo, avena y arroz.
– Otros: cacao, huevos, mantequilla, queso, derivados de la leche, mariscos, ostras, almejas, caracoles, levadura de cerveza, etc.
Foto: Carolina Naftali
donde hay pelo hay alegría
Y el hombre, como el oso… 🙂
¡justo lo que necesitaba!
jajajajajaja….
¡Gracias!
las lentejas estan bien aconsejadas por el hierro pero si no tomas algo de vitamina c detras no sirven para nada
Mira, una propiedad que no sabía yo de las naranjas. A sus múltiples beneficios ahora le sumamos también el de combatir la caída del cabello.
En verdad que las naranjas son fuente de salud
A mí no me gusta ni un pelo que se me caiga el pelo.
Y eso del hombre y el oso…tampoco me gusta!
Pero este post o publicación si me ha gustado y el de la comida de los astronautas, también.
¡Muchas gracias! Se ve que no tienes ni un pelo de tonto… Nos viene al pelo tener lectores como tú 😉
Di mejor ni un pelo de tonta. Y tengo el ojo otoñal jajaja. A las chicas también se nos cae el pelo, pero sólo un poco a finales del verano..Hay un refrán que dice que para la recogida de la berenjena se le cae a la joven la melena.
Feliz Fin de Semana!
¡Pero si eres tú, el mismísimo ojillo otoñal! No me había fijado en la url. Muchas gracias por tu comentario. Esta semana voy a intentar hacer tus bolas de arroz, a ver qué tal se me dan… ¡Saludos!