Nevera, frigorífico, el refrigerador, etc. Da igual cómo lo llamemos, pero no cómo lo usemos.
¿Sabíais que la conservación de los alimentos en la nevera depende, y mucho, del lugar en el que se se guarda cada cosa? Esto es así porque no todas las partes de un frigorífico tienen la misma temperatura. De hecho, entre unas zonas y otras de la nevera puede haber una oscilación de 14 ó 15 ºC. ¿No es increíble? Las zonas bajas del frigorífico son las más frías (ya que el frío pesa), manteniéndose por lo general a entre 0 y 4 ºC. La parte central de la nevera suele estar a unos 4 ó 5 ºC; y la superior, a unos 8 ºC. Por último, los compartimentos de la puerta mantienen temperaturas cercanas a los 15 ºC en la parte superior, mientras que los cajones de abajo (a pesar de estar en la parte inferior), suelen rondar los 10 ºC.
Que corra el aire.
Un factor importantísimo para que la temperatura de la nevera sea óptima en cada parte, es que corra el aire. Para eso, si se puede, hay que evitar sobrecargarla demasiado. Conviene, además, que los alimentos no estén demasiado juntos los unos de los otros. ¡Ah!, y cuidado con confundir la idea de «que corra el aire» con la de mantener la puerta abierta. De hecho , es muy importante que la puerta de la nevera nunca esté abierta más tiempo del necesario, especialmente cuando hace calor.
¿Qué lugar debe ocupar cada alimento en la nevera?
Es fundamental saber qué lugar debe ocupar cada alimento en el frigorífico. A continuación os dejamos unas pautas generales:
– Las frutas y verduras frescas, en los cajones de abajo, para que no les dé el frío directo.
– La carne, el pescado, el marisco o el queso fresco, en los estantes de abajo, los más fríos, y siempre protegidos.
– Los huevos, los yogures, el queso, los pasteles, etc.; en la parte central de la nevera.
– Los botes de salsas como el ketchup o la mayonesa, así como la mantequilla y la margarina, los embutidos, las bebidas y refrescos, pueden ir en los estantes de la puerta.
Tiempo de conservación de los alimentos en la nevera:
– Pescado fresco: no más de 2 días.
– Carne y pescado o marisco cocido: entre 2 y 3 días.
– El brick de leche abierta, los zumos y los postres caseros: no más de 4 días.
– Huevos frescos: entre 15 y 20 días.
Más consejos: nunca metáis alimentos calientes en el frigorífico (dejad que se enfríen antes); no guardéis en la nevera las conservas abiertas en la lata de conservas (hay que cambiarlas a un recipiente limpio y taparlas); cada alimento, especialmente los que desprendan olores, deben estar correctamente tapados; regulad la temperatura del frigorífico, ya que lo normal es que en verano requiera unos valores, y en invierno otros.
Foto: WAKI Studio
Muy interesante, desconocía esta información… Comparto 😉