Arte del latte, un arte de la leche

Siempre he pensado que el que es artista, es capaz de hacer arte con cualquier cosa que se le ponga de por delante. Que tiene un muro, pinta un fresco; que tiene un trozo de mármol, esculpe una figura, etc. Y hasta aquí bien, pero es que hay quien tiene una taza de café y una jarra de leche, y se marca un dibujo de cualquier cosa. Sí, con café y con leche, esto es lo que hacen los artistas del latte, una modalidad de arte gastronómico que, ateniéndonos a la traducción literal del término, pero también a lo llamativo que resulta, sería justo definir como «un arte de la leche».

¿Que cómo se hace? Para ilustraros y dejaros con la boca abierta, he decidido ahorrarme la berborrea y enlazaros a este ilustrativo vídeo sobre el latte art, ciñéndome al sabio dicho «una imagen vale más que mil palabras».

Impresionante, ¿eh? Parece mentira que un dragón tan bien conseguido haya podido surgir de un chorro de leche meneada, cayendo sobre una taza con dos dedos de café. A estos «artistillas» del café con leche, está claro, no les dijeron nunca eso de que «con la comida no se juega«, y debe haber sido un lapsus generacional, porque haberlos haylos, y a miles. Sólo hay que escribir «arte del latte» (o latte art) en Youtube para comprobarlo; la lista de vídeos es interminable.

Luego, ahondando un poquito más en esta curiosa tendencia gastroartística, he podido constatar que en el arte del latte hay aficionados y profesionales, que existen incluso certámenes, y que los genios, los que son verdaderamente la leche, suelen tener los ojos rasgados, como suele pasar. Me pregunto qué serían capaz de hacer éstos con un buen plato de lentejas y un puré de patatas.

En la foto (de arriba a abajo, de izquierda a derecha): escorpión, cisne, espiga, osito, elefante, stewie, planetario, John Lennon, barco y mostruo; todos hechos con la técnica del arte del latte (o latte art).