El secreto para perder peso

Todos los veranos, como mucho un mes antes, da comienzo la operación bikini, donde se busca perder peso como sea. Y cuando acaba el verano, y llega el tiempo de hacer balance, una y otra vez pasa lo mismo: no hemos conseguido lo que nos proponíamos. ¿Y cuál es el secreto para lograr que las dietas o los planes específicos para perder peso funcionen? Pues uno muy básico: darnos pequeñas recompensas. Si eres goloso, como la inmensa mayoría, te estarás preguntando, ¿es posible adelgazar sin renunciar a los dulces? ¿Existe la forma de combinar esos postres que provocan que se nos haga la boca agua, sin que nuestros michelines crezcan y comiencen a generar un campo gravitatorio a nuestro alrededor? La respuesta es sí, por supuesto que se puede. Y precisamente ahí reside el secreto para perder peso y para que una dieta tenga éxito: darnos pequeñas recompensas por el esfuerzo que estamos haciendo, y si nos gustan los dulces, no renunciar a ellos. Cuando empezamos una dieta, nos quitamos las pequeñas cosas que nos hacen felices (ese dulce recién hecho que se huele desde fuera de la pastelería, esa comida favorita rica en grasas aparentemente perjudicial, etc.), y eso no tiene por qué ser así. Entonces, ¿qué debemos hacer para perder peso correctamente?

Hay que hacer deporte. Si nuestro objetivo es perder peso, los milagros no existen, y debemos realizar actividades que ayuden a que nuestro cuerpo se vaya deshaciendo de los kilos de más que hemos ido acumulando poco a poco. Pero no vale hacer trampa; el manido «yo camino 30 minutos al día» no sirve. Si realmente se quiere atacar el problema de raíz, hay que optar por deportes que nos permitan quemar grasa más rápidamente. Actividades como correr, dar largos pasos en bici, hacer steps o spinning, nos pueden ayudar sobremanera.

Por otro lado, hay que mantener una dieta equilibrada (al margen de los dulces). Si queremos poder disfrutar de unos pasteles de forma ocasional, no podemos atiborrarnos de productos con alto contenido en grasa, o comer hasta reventar como norma. Debemos tratar (siempre que sea posible) de tener una alimentación variada que incluya pescado, carne y verduras. Así estaremos proporcionando a nuestro cuerpo todos los nutrientes necesarios para estar sanos. Es raro que entre la amplia gama de productos que hay en el mercado, no haya tres o cuatro de cada tipo que nos gusten y no supongan un esfuerzo adicional (hasta los que odiamos las espinas encontramos pescado que nos respeta).

Evidentemente, hay que tener constancia y ser pacientes. El compromiso con nosotros mismos es vital, de nada vale si nos metemos la paliza un día (corriendo, yendo al gimnasio…), y luego hasta después de un mes no volvemos a movernos. Uno de los principales problemas con las dietas o planes de reducción de peso, es empezar con demasiado ímpetu, y acabar convirtiendo el hacer deporte, o el comer variado, en algo pesado.

También es muy importante empezar la dieta con bastante antelación. Cuántas veces hemos dicho: «quiero perder peso para el verano que viene, pero primero me hincho a polvorones en Navidad, y luego ya me pongo con ello». Pero enero se alarga, al mes siguiente no nos apetece… y así iremos encontrando excusas indefinidamente. No hay por qué renunciar a las comilonas de Navidad, basta con no excederse, y durante la semana darnos «menos caprichos». ¡No hay por qué renunciar a lo bueno!

Ya te hemos dado el secreto para perder peso (pequeñas recompensas, ya sean dulces, comidas que nos gusten…), y algunos consejos para evitar que en la próxima operación bikini/bañador (que los chicos también lo hacemos), nos llevemos una desilusión. Y tú, ¿crees que hay otro secreto para perder peso?

Fotos: LoseWeight y IguanaIsle