Las botellas de vino, una vez abiertas y tras quedar expuestas a la entrada de oxígeno, comienzan a sufrir un proceso de degradación que acaba convirtiendo el vino mismo en un líquido imbebible pasado cierto tiempo. La cantidad de días que deben pasar para que esto suceda, depende de muchos factores, como el tiempo que se haya mantenido la botella abierta, las propias características del vino, el tipo de tapón usado, el lugar en el que se guarde la botella de vino una vez abierta, etc.
Si vamos a abrir una botella de vino, pero no vamos a consumir todo el contenido de la misma, se recomienda volver a colocar el tapón lo antes posible, y guardarla en el refrigerador. De esta forma, podremos mantener un vino en buenas condiciones durante aproximadamente una semana.
Pero si queremos mimar al máximo nuestros vinos, y lograr que aguanten lo máximo posible el paso de los días después del descorche de la botella, existen varios artilugios que nos pueden ayudar. Uno de los más famosos es el conocido como Vacuvin, un aparato con el que se puede extraer el oxígeno de la botella antes de volverla a tapar, ayudando a conservar el vino durante un periodo máximo de un mes.
Por otro lado, recientemente, según hemos podido saber a través de EFE, la empresa cervecera Moritz ha patentado un sistema más sofisticado que el anterior, que permite abrir las botellas sin que penetre oxígeno en ellas. Gracias a este aparato, del que todavía se sabe muy poco, podremos mantener las botellas de vino en un estado óptimo para ser bebidas hasta seis meses después de ser abiertas.
Foto: Jean-Louis Zimmermann