El fin del presente año y la llegada del 2012 serán celebrados otra vez este año en todo el mundo la noche del 31 de diciembre. Nos puede gustar más o menos, pero hay que hundir mucho la cabeza en el barro para no percibir la noche de Nochevieja como un acontecimiento especial y celebrarlo al menos un poquito. Al fin y al cabo, fin de año sólo hay uno en el calendario cada 365 días, y el próximo se encuentra a cuatro días vista.
Para la cena de fin de año, hay quienes optan por cocinar y reunirse en casa con toda la familia, y hay quienes prefieren darse el homenaje en un restaurante. Pero ni todos los restaurantes ofrecen cenas y fiestas de Nochevieja, ni todos los que las celebran son iguales. En este sentido, hay un lugar en Europa en el que tiene lugar una de las cenas de fin de año con cotillón incluido más exclusivas del mundo: la Torre Eiffel de París.
La noche del 31 de diciembre, a mí me gusta imaginarme la Tierra vista desde el espacio, y percibir a mi manera el estallido de fuegos artificiales que de forma progresiva va teniendo lugar en las diferentes franjas horarias del globo con la llegada de las 12 de la noche. Y si hay un sitio en el que intuyo un brillo especial, es en el corazón de París, donde la famosa torre de acero acapara a todas horas la mirada de cientos de miles de parisinos y de turistas, muchos de los cuales sueñan con pasar la noche, al menos una vez en sus vidas, en la que tal vez sea la cena de fin de año más exclusiva del mundo.
Yo, que tanto en Nochevieja como en el resto de las celebraciones de Navidad soy más receptivo a cualquier factor humano, que a todo revestimiento material, confieso haberme enamorado de la torre Eiffel un 31 de diciembre, y haber deseado como el que más celebrar allí algún día la fiesta de fin de año. Sin embargo, siempre lo vi como un imposible, como algo exclusivo reservado a los bolsillos más anchos del planeta, y hoy me he dado cuenta de que no es para tanto.
Y es que, teniendo en cuenta que hay bares y pubes por toda España que ofertan cotillones a 80 € en los que lo más cercano a algo considerable como «comida» que se sirve, es una bandeja de canapés revenidos y un par de churros aceitosos al amanecer, la verdad es que pagar 285 € por barba por una cena con menú completo, champagne incluido, en un restaurante ubicado en la mismísima torre Eiffel, no me parece una locura demasiado loca. No sé si llegaré a hacerlo algún día, pero si se da el caso estaré aquí para contároslo.
¿Y vosotros, cuál es el sitio más original en el que habéis celebrado el fin de año, o en el que soñáis con hacerlo?
Foto: Web «Les restaurants de la Tour Eiffel»
Yo lo celebré hace unos años en Lanzarote y me encantó! eso de pasar una Nochevieja sin pizca de frío, al lado de la playa y tomar cañitas durante el día en tirantes al sol… no tiene precio!! 🙂
Y ahora gustarme.. pues después de leerte… creo que iré reservando mesa justo ahí, en la Torre Eiffel..
¡Qué bonito y qué barato es soñar! jejeje
Las mejores nocheviejas han sido en la sierra con amigos! Este año será diferente, pero el año que viene te lo cuento 🙂
Intrigado me tienes. Si se hacen fotos del evento, puedes compartirlas con los lectores de Blogcocina. Aquí somos todos muy discretos 🙂 ¡Pásalo bien!
Mi mejor nochevieja, hasta ahora, ha sido en un local que alquilamos en el pueblo todos los amigos. Decoramos el local y organizamos todo a nuestra gusto.
Y puestos a soñar, me encantaría celebrar la nochevieja en algún hotelazo del Empire East Side. Ver por los ventanales Manhattan o tomar las uvas en el Empire State Building. Y vivir una noche de película 😉
¡Queda abierta la veda de los sueños, oiga, que es gratis! 🙂