Después de los excesos de la Navidad, de las dietas ricas en grasas y en calorías, entre otras cosas, todo ello combinado con un estilo de vida sedentario, son muchos los que se plantean el año nuevo como un punto de inflexión en la dieta, e intentan poner rumbo a la depuración, o al moldeado de la figura. Por eso enero es, junto con los meses previos a la llegada del verano, el momento del año en el que más tirón tienen los alimentos quemagrasas, las famosas dietas y las dietas de las famosas. En el grupo de los primeros, la camilina destaca por sus muchas propiedades beneficiosas.
Obviamente, lo ideal sería no comer nunca de más, ni hacerlo de forma desequilibrada, y darle a nuestro organismo lo que dicta nuestro sentido común, y no nuestro instinto más primario, pero hecho el mal, mejor es contraatacar que no hacer nada. En este sentido, la camilina (o té verde) es uno de esos alimentos considerados como quemagrasas, por su capacidad para aumentar el gasto energético y favorecer la eliminación de los depósitos grasos en el organismo. Paralelamente, la camilina restringe la capacidad de asimilación de azúcares y grasas por parte del intestino.
La camilina, además, es una planta medicinal que destaca por sus propiedades diuréticas (al ayudar a eliminar líquidos) y antioxidantes. Y por si esto fuera poco, está demostrada su capacidad para reducir los índices de colesterol malo en sangre. Hay que partir de la base de que somos lo que comemos, y también de que una dieta o un cambio en nuestra alimentación no se puede llevar a cabo buscando soluciones de urgencia, súbitas e infalibles. El día a día es el mejor momento del año y de nuestras vidas para comer bien y para cuidarnos, y alimentos como la camilina se pueden o se deben tomar de continuo en forma de té o en cápsulas, si se quiere gozar de sus múltiples efectos beneficiosos.
Foto: Marco Ooi
Un pequeño escrito que damos en nuestra facultad sobre la alimentacion sana y ecologico; creo que puede interesar a todos auqellos que leen este magnifico blog.
Frente a un mundo que vive prisionero del estrés y las prisas y en el que todo tipo de productos precocinados y plagados de conservantes artificiales copan la mayor parte de las estanterías de los comercios, la sociedad actual comienza a demandar un regreso a una alimentación más sana y natural. Ya no se trata de comer rápido, sino de consumir productos de calidad y que respeten el medio ambiente.
En este contexto, la denominada alimentación ecológica se ha revelado como una de las tendencias más importantes en los últimos años. Verduras procedentes de cultivos ecológicos, en los que no se ha recurrido a fertilizantes artificiales ni semillas modificadas genéticamente o productos libres de conservantes, colorantes y demás sustancias artificiales poco a poco se van abriendo un hueco cada vez mayor en nuestros mercados y son consumidos por un mayor número de personas.
Prueba de esta tendencia es el éxito de ferias como Biocultura, que ha alcanzado ya las veintisiete ediciones. La última tuvo lugar a comienzos de este mes de noviembre ycongregó a 700 expositores que durante cuatro días presentaron más de 17.000 productos de alimentación ecológica en los pabellones de Ifema.
Creo que es un artículo del blog Mercado de San Miguel, ¿no? Estoy más o menos al corriente de estas tendencias, aunque soy más pesimista en cuanto al interés de la mayoría. Creo que hay mucha desinformación, y también que se tiende a ir hacia un lado cuando se llega al extremo del otro. En estos tiempos, creo que nos estamos aproximando al extremo del mal comer en nuestro país, sobre todo los más jóvenes, y es una verdadera lástima teniendo los productos que tenemos. ¡Un saludo y muchas gracias por compartir!