En un artículo del pasado 15 noviembre, hice público mi romance secreto con los champiñones, y me deshice en elogios al hablar de sus muchas y grandes propiedades nutricionales.
Al alto contenido en fibras, proteínas, minerales, potasio, fósforo y vitaminas para todos los gustos, se une el poder antioxidante de los champiñones, debido a su rico aporte de selenio.
Por eso, por mi pasión declarada hacia esta seta, cuando hace una semana cayeron en mis manos los cuatro enormes champiñones que podéis ver en la foto, no se me pasó siquiera por la cabeza, como otras veces, la posibilidad de convertirlos en salsa o en acompañamiento de otro ingrediente, y me inventé un guión en forma de receta que le otorgara a éstos el papel de protagonistas: «unos champiñones rellenos, mejor que un relleno de champiñones» -pensé. Y así fue.
La receta de los champiñones rellenos que os relato a continuación fue fruto de la improvisación, al menos en lo que se refiere al relleno, optando por ingredientes de aquí y de allá, sobrantes de otras recetas, que había ido guardando los días previos.
Lo que no hice fue aventurarme a darles calor sin previamente cerciorarme del tiempo de cocinado idóneo para los champiñones, teniendo en cuenta su desmesurado tamaño. Con los datos sobre la encimera de mi cocina, salió esto.
Ingredientes de los champiñones rellenos para 2 personas:
4 champiñones grandes (del tamaño de la palma de una mano)
1/2 cebolla
1 pimiento verde
5 patas de sepia o de calamar
40 gr. de nueces
4 cucharadas soperas de vino blanco
60 gr. de queso semi curado
Aceite de oliva
Pimentón dulce
Sal
Elaboración de los champiñones rellenos:
1. Cortar la cebolla en trocitos pequeños y echarla a la sartén con un un buen chorro de aceite de oliva. Lavar y picar el pimiento, y añadirlo a la cebolla. Dejar sofreír a fuego lento.
2. Cortar la base de los pies de los champiñones -normalmente, llena de tierra- y limpiarlos muy bien, poniéndolos bajo el chorro del grifo a presión. Separar el pie del sombrero, pelar las sombrillas y vaciarlas por la parte interior con la ayuda de un cuchillo o de un vaciador.
3. Picar los pies de los champiñones y añadirlos al sofrito junto con lo obtenido del vaciado. Echar también las patas de calamar en trocitos.
4. Añadir las cuatro cucharadas soperas de vino blanco al sofrito, y subir ligeramente el fuego, hasta que el alcohol se haya evaporado y el sofrito se tome del aroma del vino. Salpimentar, añadir media cucharadita de pimentón dulce. Remover, dejar unos 5 minutos más, añadir las nueces picadas al final, y reservar.
5. En la misma sartén del sofrito, aprovechando los jugos de éste, y añadiendo si es necesario un poquito más de aceite de oliva, vamos a dorar los sombreros de los champiñones a fuego medio. Con 5 minutos para cada cara, debe ser suficiente, aunque depende del grosor del champiñón.
6. Colocar los sombreros de los champiñones en una fuente para horno, y rellenarlos con el sofrito. Rallar un poco de queso semi curado y espolvorearlo por encima. Introducirlos en el horno precalentado a 180 ºC durante 10 minutos.
Advertencias varias: si los champiñones son gruesos, y no quieres «matarlos» para que estén sabrosos, mientras los doras en la sartén, puedes pincharlos con un tenedor para que absorban mejor la salsa del sofrito. Si invitas a alguien a comer champiñones rellenos a tu casa, y ves que pone caras raras, tienes derecho a echarlo de una patadita en el trasero y a declararlo «invitado non grato». Sírvelos siempre bien calientes, aunque los últimos bocados casi siempre se toman templados. Una vez emplatados, los champiñones se pueden enriquecer con una salsa de soja, o similar.
Muy buena pinta,me ha gustado tu improvisación.
Muchas gracias Pío. No se te escapa una, ¿eh? Ya sabes, con un buen aceite de oliva virgen extra, siempre mejor… 🙂
mmm..!!! yo cambio las patitas de calamar por daditos de pollo, uno un poco de puerro y… me lo pido para comer mañana!!! 🙂
Improvisar es obligatorio para los lectores de Blogcocina, Andrea, pero no te olvides de contarnos luego qué tal te quedan 😉 ¡Buen provecho!
Aparte de ser buenisimo para el paladar, debe de ser una receta muy aromatica!
Es aromática y sabrosótica, Luis Alberto. Tienes que probarlos. Por cierto, ¿qué tal la paella? 🙂
La paella me salio de lujo!! la hice al pie de la letra pero con fuego de leña, ahor estoy en un aprieto porque la mia gusta mucho… pero la tuya, se llevo un diez, en mis comensales mas exigentes (mujer e hijos)
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