Si alguna vez has visto un partido de tenis, verás que en los pequeños descansos que tienen, además de hidratarse adecuadamente, aprovechan para comer un poco. Por eso no es raro ver que alguno (nuestro Nadal entre ellos), toma en ocasiones una pieza de plátano. Podrías pensar que lo hace porque forma parte del grupo de frutas fáciles de pelar de las que hablamos algún día, o porque es una de sus manías (como colocarse bien los calzoncillos, alinear las botellas de agua de forma perfecta…), pero hay una razón de peso: el desgaste muscular.
Los plátanos son ricos en potasio, que ayuda a recuperarse ante el desgaste muscular producido por una actividad física tan exigente como el deporte de alto nivel. Además, es rico en hidratos de carbono, lo que hará que la dieta del deportista no se vea afectada negativamente. Por tanto, en mitad de un esfuerzo bastante grande, siempre viene bien tomar un plátano, pudiendo acompañarlo de alguna barrita energética o algún dulce de chocolate (pero no una caña de chocolate ni una palmera, sino algo más pequeño que tenga todo concentrado). Además, regula los niveles de líquido del organismo, y favorece el correcto funcionamiento del sistema nervioso, que repercute positivamente en la capacidad motora.
Pero aun sin hacer deporte, el plátano puede ser un buen aliado… ¡para estudiar! Sí, aunque parezca extraño, el potasio ayuda a potenciar nuestra actividad cerebral. Esto no quiere decir que comiendo un montón de plátanos vayamos a convertirnos en buenos estudiantes, sino que no notaremos tanto cansancio mental a pesar de esforzarnos mucho por aprender cosas nuevas. ¡Todo son ventajas!
En resumidas cuentas, gracias a los componentes del plátano, nos podremos recuperar antes en entrenamientos y partidos, evitaremos la retención de líquidos, e incluso de los calambres (uno de los mayores problemas cuando la actividad física es prolongada). Así que la próxima vez que vayas a hacer deporte… ¡mete un plátano en tu mochila!
gracias por la información