¿Sabemos qué es la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea, esa perla de nuestra cultura que nos ayuda a promocionar muchos de nuestros productos en el extranjero, la misma que no hemos sido capaces de respetar ni nosotros mismos en muchas ocasiones, es a veces más un comodín en la boca de muchos que un hábito de alimentación concreto. Quiero decir con esto que todos tenemos en la mente y utilizamos habitualmente los términos «dieta mediterránea» o «cocina mediterránea»; sin embargo, no todos tenemos absolutamente claro a qué se refieren exactamente, ni los ponemos en práctica de forma decidida.
La dieta Mediterránea es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, una distinción que viene a remarcar el valor cultural, gastronómico, nutricional e histórico, de una serie de hábitos alimenticios forjados a lo largo de los siglos, a través de los muchos intercambios culturales que han tenido lugar entre los países de la cuenca mediterránea: España, sureste de Francia, Italia, Malta, Grecia, Albania, Turquía, Marruecos, Túnez, Egipto, etc.
Alimentos representativos de la dieta mediterránea.
Los productos alimenticios que componen la llamada dieta mediterránea vienen de la tierra y del mar, y son carnes, pescados, embutidos, frutas, cereales, verduras, hortalizas, quesos, conservas y bebidas diversas.
– Entre las carnes, los productos derivados del cerdo, del ovino y del conejo, son los más representativos de la dieta mediterránea. No es casualidad que uno de los «platos emblema» de nuestra cultura gastronómica, la paella, tenga la carne de conejo como ingrediente fundamental en su versión más auténtica.
– El intento de conservar ciertas carnes dio lugar a los embutidos, algunos de ellos tan propios de nuestra gastronomía como el chorizo, el jamón, el lomo, la patatera, el salchichón, la longaniza, etc.
– Entre los pescados y mariscos: el atún, las caballas, las sardinas, los calamares, las sepias, las gambas, los langostinos, las langostas, etc.
– Verduras y hortalizas caben casi todas en la dieta mediterránea, destacando el tomate, los pimientos, los pepinos, las zanahorias, las cebollas, el ajo, etc.
– Las frutas que más se consumen en la cuenca mediterránea son las naranjas, las manzanas, las peras, los melocotones, las uvas, los higos, etc.
– Los frutos secos y los cereales como el arroz, las pipas de girasol, la cebada, el maíz, etc.; dan lugar a productos como los distintos tipos de pan o de pasta.
– Los derivados de la leche fermentada componen otro de los pilares básicos de nuestra dieta: los muchos tipos de quesos, los yogures, la cuajada, etc.
– También son muy características de la dieta mediterráneas las conservas (de frutas, pescados, etc.), nacidas también de la necesidad de prolongar la fecha de consumo de muchos alimentos. Conservas en salmuera, en almíbar, en aceite, en escabeche, etc.
– En cuanto a las bebidas, el vino, la cerveza y numerosas bebidas destiladas, portan la bandera del Mediterráneo en sus muchas variedades.
Por último, habría que aludir obligatoriamente al aceite de oliva como ingrediente estrella de nuestra forma de cocinar y de nuestra alimentación. Además, la dieta mediterránea ha abogado desde sus orígenes por la utilización de productos de temporada, y por el desarrollo del comercio local. Y tú, ¿eres mediterráneo?
Foto: Juanpol