Farfalle con gambas maceradas en salsa de soja, almendras tostadas y sofrito de verduras, es el nombre con el que he tenido que inscribir esta receta en el registro civil de las recetas. Un nombre cansino y más largo que un día sin pan, pero que hace justicia a esta receta de pasta, más que el de «pasta con gambas a la soja». El título, como os imagináis, es una cuestión de economía gastrolinguística que entenderá perfectamente cualquier «Jenifer María» a la que llamen «Jeni», o cualquier «Ana Belén de los Dolores» a la que den por llamar «Lola».
En el día a día, yo soy poco amigo de los primeros y segundos platos. Si puedo, siempre me las ingenio para hacer platos únicos. Tal fue el caso de esta receta de pasta, compuesta de farfalle (lacitos), un sofrito de pimientos verdes y cebolla que podría haber servido por sí solo de salsa de acompañamiento, y que tenía guardado de una receta de salchichas al vino que hice el día anterior, y las gambas a la sartén maceradas con salsa de soja.
Ingredientes de la pasta con gambas a la soja (para 2 personas):
180 gr. de farfalle (pasta de lacitos)
250 gr. de gambas peladas
80 gr. de almendras crudas
150 ml. de leche evaporada (o nata líquida)
100 ml. de salsa de soja
50 ml. de vino blanco
1 pimiento verde
1/2 cebolla
Ajo seco molido
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración de la pasta con gambas a la soja:
1. Media hora antes de ponernos manos a la obra, vamos a poner las gambas a macerar en un plato con la salsa de soja, para que se impregnen bien.
2. Si tenéis el sofrito preparado de otra receta, como yo en este caso, mejor que mejor. Si no, será lo primero que haremos con el pimiento y la cebolla, usando no más de 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, y al final, un culillo de vino blanco. Hecho el sofrito, escurriremos el aceite, y lo reservaremos en un cuenco.
3. Mientras se hace el sofrito, en una cazuela aparte con un puñadito de sal, pondremos a cocer la pasta, y cuando esté al dente, la escurriremos bien y la reservaremos.
4. En la misma sartén del sofrito, vamos a tostar las almendras, previamente trituradas. Cuando estén doraditas, vamos a apartarlas a los lados de la sartén, y vamos a añadir una a una las gambas sin la salsa de soja, con una lluvia ligera de ajo seco molido.
5. Las gambas las haremos aproximadamente 1 minuto y medio por cada lado, a fuego medio.
6. En ese momento, volvemos a añadir el pimiento y la cebolla a la sartén, echamos la leche evaporada (o nata líquida, si lo preferís) y dos cucharadas de la salsa de soja de la maceración de las gambas, y dejamos la salsa reducir unos 5 minutos, hasta que tenga el punto deseado.
7. Para emplatar, yo prefiero servir primero la pasta (si es posible, aún caliente), y echar por encima las gambas a la soja con las almendras tostadas y el sofrito de verduras.
Como veis, no hemos usado sal en la receta, ya que la salsa de soja le aporta bastante sabor al conjunto. No obstante, conviene probar antes de servir. Lo de la leche evaporada, como he comentado desde que la descubrí, es una opción para lograr salsas melosas similares a las que se obtienen con la nata líquida, pero con una cantidad de grasas significativamente menor.
¿Sabíais que farfalle, en italiano, significa mariposas? En el caso de esta receta, os aseguro que tiene su sentido, ya que la pasta con gambas a la soja volará literalmente de vuestros platos, actuando vuestras bocas y las de vuestros invitados de perfectos cazamariposas.
¡Uy! Ésta me la apunto para esta semana 😉