Cubitos de sofrito de cebolla y pimientos

Congelar el sofrito o la salsa resultante de un plato cualquiera, es una práctica habitual por la mayoría, pero crear a conciencia cubitos de sofrito de cebolla, de pimientos, de tomate, o de cualquier otro sabor, que funcionen como atajo perfecto a modo de pastilla de concentrado de sabor para la elaboración de montones de recetas, es un recurso menos frecuente, y que del que os recomiendo fervientemente tomar nota ahora mismo.

Ventajas de disponer de los cubitos de sofrito en la cocina

Hay muchas recetas, como la de pasta con gambas a la soja con la que nos sorprendió Ricardo la semana pasada, que siendo fáciles y aparentemente rápidas, en la práctica siempre suelen requerir más tiempo por la necesidad de hacer sofritos que, bien tratados, entre pelar y freír, nunca llevan menos de 10 ó 15 minutos. Tener siempre preparados tus cubitos de sofrito de cebolla y pimientos supone, por tanto, un ahorro de tiempo valiosísimo.

Todos sabemos que sofreír cebolla, o ajo, o puerros, o cebolleta, etc.; deja un olor a comida en nuestra ropa, que no siempre resulta agradable. Pues bien, haciendo los cubitos de sofrito casero, la ropa te olerá sólo una vez, y no todas las veces que necesites usar.

Por último, al hacer el sofrito para varios días de una sola vez (y cuanto más hagáis, mejor), estarás ahorrando energía además de tiempo. Se podría decir que estos cubitos de sofrito son, por tanto, un buen ejemplo de cocina ecológica y de cocina de crisis.

Cómo usar los cubitos de sofrito

Recuerdo que Ferran Adrià, la última vez que visitó el Hormiguero de Pablo Motos habló de la idea de guardar salsas y sofritos para tenerlos siempre disponibles, como uno de los principales trucos para dominar los tiempos en la cocina, y hacer las cosas con la mayor rapidez posible. Y es que si cada vez que tienes que hacer un sofrito te pasas 15 minutos extra con la receta correspondiente, usar los cubitos congelados de sofrito de cebolla y pimientos (o de lo que sea), es tan fácil como abrir el congelador, echar a la sartén tantos cubitos como necesites, deshacerlos al fuego, ¡y listo!

Así es que, amigos cocinillas, aunque éste os haya parecido un post cualquiera, en realidad acabáis de descubrir uno de los secretos más importantes de la cocina práctica. ¡No acabarán con vuestras hipotecas, pero los cubitos de sofrito pueden cambiar vuestras vidas! 🙂

P.D.: por cierto, una vez congelados, estos cubitos pueden ser extraídos de sus correspondientes cuadraditos (puede que tengas que ayudarte de un cuchillo para ello) y metidos en bolsas, de esta forma la cubitera estará libre y los cubitos son más rápidos de usar. A mi me gusta tenerlos en la bandeja de hielos, pero porque las tengo en el cajón especial para hacer cubitos (que estaba vacío) y no me ocupan espacio en el resto de mi «hipermegalleno» congelador.