El crudiveganismo es la síntesis del crudismo y el veganismo como modelos alimenticios, lo cual no implica ir por la calle lanza en mano y con un taparrabos de piel de búfalo, un estereotipo presente en la mente de más de uno a estas alturas de la película.
Ser crudivegano no es sinónimo de estar a dieta, ni mucho menos de estar siguiendo una dieta para adelgazar, aunque hay quienes son capaces de todo, con tal de perder peso en según qué épocas del año. Resumiendo mucho, ser crudivegano significa comer única y exclusivamente alimentos de origen vegetal sin cocinar.
Como os digo, las razones para ser crudivegano no están relacionadas con el deseo de adelgazar, sino con una serie de convicciones con una doble vertiente ética y nutricional. En este sentido, se podría decir que los fundamentos éticos vienen dados sobre todo por el veganismo, un modelo de alimentación vegetariana extrema, que rechaza cualquier comida o bebida de origen animal, incluidos la leche y los huevos. No obstante, se puede ser vegano por respeto a los animales, por razones alimenticias, o por ambas cosas. El crudismo (o crudivorismo), por su parte, inspiraría exclusivamente valores de tipo nutricional al crudiveganismo, basándose en el deterioro alimenticio que sufren las frutas y verduras al ser sometidas a unas determinadas temperaturas durante un proceso normal de cocinado.
Ventajas e inconvenientes de la dieta crudivegana.
En el blog Lo tengo crudo dedicado al crudiveganismo, Irene Bueno hace un balance de factores positivos y negativos del hecho de ser crudivegano basándose en su experiencia personal. Entre las ventajas, cita los beneficios físicos y mentales de una dieta que aporta gran cantidad de nutrientes, que nos permite comer menos, y que favorece un menor consumo de energía durante el proceso de digestión. Además, habla también de la posibilidad de asumir las «reglas» del crudiveganismo en un porcentaje mayor o menor, en función del deseo de cada cual.
Por otro lado, entre los inconvenientes de ser crudivegano, hace referencia a la necesidad de formarse y de informarse constantemente para no incurrir en una dieta excesivamente restrictiva y monótona; del peligro de mermar peligrosamente el nivel de determinados nutrientes (sobre todo, de la vitamina B12), de la posibilidad de acabar siendo víctima de un cierto rechazo social, de la dificultad de seguir una dieta crudivegana en viajes, comidas y cenas con familia y amigos, etc.
Con todo, lo cierto es que el crudiveganismo es un modelo alimenticio cada vez más extendido, ya sea aplicado de forma estricta, o como principio alimenticio general. De uno u otro modo, es importante que todos sepamos de los beneficios de toda dieta rica en frutas, verduras, legumbres u hortalizas, así como de las ventajas, cuando así es posible, de ingerir estos alimentos sin ser cocinados previamente, con el fin de comer menos y asimilar más nutrientes.
Ya os lo decía hace una semana: somos lo que comemos, y sólo una nutrición plenamente consciente y racional, nos ayudará a conseguir en nuestro organismo los efectos que deseamos. No quiero decir con esto que comer con conciencia y razón, implique necesariamente ser crudista, vegano o crudivegano; pero sí, seguramente, tener muy en cuenta algunos de los principios de estos modos de entender la nutrición, dejando a un lado consideraciones de tipo ético o moral.
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Foto: Moria
Entre los inconvenientes de comer sólo cosas crudas, echo de menos el más básico si te gusta disfrutar de la comida: la extensa variedad de sabores que da el poder (y saber) cocinar los alimentos.
Dicho esto, allá cada cual lo que se meta en la boca. Que cada uno coma lo que quiera, y todos felices 😉
Es uno de los principales inconvenientes, está claro. De todas formas, la mera consciencia de hasta qué punto los alimentos pierden nutrientes al ser cocinados, nos haría simplemente ser más respetuosos y más prudentes, y yo esto lo vería bueno. El saber nos hace más conscientes, y más libres. A partir de ahí, por supuesto, que cada cual decida qué quiere meterse en la boca. Gracias por tu reflexión, Breixo.
Pero hay que saber interpretarlas. Es posible que al principio de comer crudo, el cuerpo te pida pocas cantidades, cambiar a una dieta cruda implica, al principio, un proceso de desintoxicación durante el cual pueden aparecer algunos síntomas (dolor de cabeza, granitos, malestar digestivo, etc) es normal.
Lei un comentario donde se dice que los alimentos crudos no tienen mucho sabor porque no se pueden condimentar…pero si se pueden, hay especies deshiidratadas , como oregano, tomillo, laurel, hinojo etc, los cuales se pueden agregar y quedan deliciosos. pr ejemplo rodajas de tomate , rociadas con un poco de sal, oregano y tomillo…fabulosas
Totalmente de acuerdo, Rosy. Muchas gracias. Un saludo.
les cuento que fui vegetariana por 6 años, desde de los ultimos dos crudivegana al 100%. Estaría bueno tener precaución al promocionarla porque particularmente no la pude sostener en el tiempo porque lo que viene despues. Con tantos ayunos el cuerpo se va desvinculando del acto de comer y es ahí donde uno se encuentra con practicas mas extremistas como el frutarianismo, liquidarismo, pranismo. Si bien algunas personas elijen seguir ese camnio. Yo al encotrarlo por sorpresa me hizo muy mal psicologicamente y emocionalmente. Todo aquello que fue hermoso fisicamente, emocionalmente me dejo con problemas de alimentación. Les repito fue mi caso pero estaría bueno que todos estos crudiveganos que hacen de este tipo de alimentación su trabajo adviertan los caminos que vienen despues y que el cuerpo va llevando. felicito a quienes pueden segui,r pero a los que como yo no, por favor tengan precaucion porque nos siempre es la mejor dieta para todos. Despues de muchos meses de depresion y desnutricion pude comerme un helado con mi sobrina, aun cuando estuviera lleno de azucar lechey colorante.Pero fue un momento felíz para mí y .Porque cuando quieras volver a una dieta como antes te queda en la mente que todo hace mal. Y se vuelve complicado seguir adelante!! saludos Natalia
Hola Natalia. Te agradezco muchísimo que te hayas tomado la molestia de darnos testimonio de tu experiencia con el crudiveganismo. Te deseo lo mejor. Un fuerte abrazo.