Después de haberme cenado con papas los primeros programas emitidos de MasterChef, y a falta de que la divina inspiración acabe transformando en figuras de la cocina a los benditos supervivientes, hoy puedo decir que la expectativa que durante los días previos a su estreno había generado este programa de televisión, ha acabado pasándose y repegándose.
MasterChef es un buen ejemplo de «españolización» con destrozo incluido de un producto televisivo internacional con posibilidades, y vaya por delante que no soy yo de los que asocian calidad a cotas de audiencia. Desconozco los datos exactos a este respecto y a estas alturas, pero podría ser lo más visto de la televisión del momento, y mi opinión seguiría siendo la misma: más que un reality show de cocina, MasterChef está destapándose como un «reality chof», un verdadero despropósito, un insulto a la mundialmente apreciada gastronomía española, y una risotada despreciativa a los cientos de aspirantes con galones que, me consta, se quedaron en el camino en el proceso de selección.
Por más que lo pienso, no entiendo por qué en la adaptación de un programa ideado para exhibir el talento culinario de los participantes, como es el caso de MasterChef, en este país nuestro la autenticidad y el sentido pleno de las cosas se tiene que quedar por el camino, en detrimento de la superficialidad y la estupidez que sostienen, al parecer, los cimientos de un buen reality show. No entiendo por qué en vez de seleccionar simplemente a los mejores cocineros, es prioritario elegir a los más televisivos, ya sea por simpáticos, por guapos, por feos, o directamente, por ser unos auténticos Godzilas de la cocina.
Vale que MasterChef es un concurso de cocineros amateurs; vale que además del genio creativo y del buen hacer en los fogones, a los participantes de un reality de cocina se les exijan ciertas «cualidades extra» que consigan conectar con las masas; vale que uno de los planteamientos del programa sea el de formar a los concursantes. Vale todo eso, y más, pero partiendo de esta base, francamente, creo que precisamente el nuestro es uno de esos países en los que pegas una patada a una piedra, y de debajo te salen cuatro o cinco cocinillas con glamour capaces de dejar el pabellón bien alto en un concurso de este tipo.
Por eso, pienso que la cocina española se merece mucho más, y la audiencia, también. MasterChef podía haber sido una excusa perfecta para enseñar a la gente técnicas de cocina básicas y menos básicas, recursos de cocina creativa, mecanismos de funcionamiento en cocinas profesionales, formas de emplatado, nociones de nutrición, etc.; y se ha acabado convirtiendo de forma intencionada en un circo de la calamidad culinaria donde el objetivo parece ser ver quién hace el destrozo mayor, o quién se convierte en el nuevo «marichocho» de la cocina española. Por no hablar de la descarada pasarela de exhibición propagandística de marcas, escuelas de cocina, series de la casa, y hasta un libro con las mejores recetas de MasterChef, entre otras cutreces, en la que se ha convertido cada emisión.
Podéis estar o no de acuerdo con mi visión de MasterChef; podéis pensar que no es para tanto, que al menos hay dos o tres que cocinan bien desde el inicio del programa; o podéis creer que no hay tanta gente en España capaz de cocinar bien si es con una cámara delante. Pero si habéis visto el programa, estoy seguro de que en vuestros oídos rechinarán como en los míos algunas de las frases con las que los propios creadores definen el concurso en la web oficial de MasterChef. A mí me ha dado hasta vergüencilla leerlas:
«Concurso culinario que busca al mejor cocinero amateur de España».
«MasterChef, el talent show de cocina más duro del mundo».
» Los concursantes tendrán que demostrar que la cocina es su pasión».
» Los aspirantes que tendrán que esforzarse al máximo para que su creación sea perfecta en las condiciones más adversas».
Ricardo, te doy toda la razón del mundo, luego nos extraña que en el resto del mundo se nos vea como a unos casposos, si es que tenemos lo que nos merecemos. Buena opinión y muy bien escrito.
Estoy contigo,con la ilusion que me hacia el programa cuando lo anunciaban y solo lo vi el primer día.Y soy de las que ha visto 2 o 3 temporadas de Top chef y no me perdía ni un programa.
Es una pena que se nos vea así por el mundo.Porque como bien dices hay muy buenos cocinillas por el pais,mucho mejores que los que han seleccionado.
Un besico.
MasterChef no es la versión española de TopChef sino de MasterChef (su nombre está muy claro). Los derechos de TopChef los tiene A3Media para emitirlo en LaSexta y está esperando a que acabe MasterChef para no cometer los mismos errores.
Top Chef es un concurso en el que compiten profesionales y MasterChef es un concurso en el que compiten no profesionales, son dos concursos totalmente diferentes y a mi juicio no son comparables. ¿Alguien ha visto la versión de otros paises de master chef? Yo he visto la norteamericana varias temporadas y la peruana también. Comparada con éstas, la versión de masterchef españa es bastante mejor que la peruana y en realidad más similar a la americana. No existe ninguna versión de masterchef en otros paises en los que al espectador se le instruya en técnicas culinarias ni nada por el estilo, sin embargo los concursantes sí que reciben esta formación y en ninguna versión de master chef de ningun pais se emiten estos periodos formativos que reciben los concursantes. El formato es el que es y si, está un poco españolizado, pero solamente a nivel cultural . Veros el de perú a ver si no está peruanizado, por supuesto. Y el americano? pues también está adaptado al estilo americano, que no es ni mejor ni peor. Pero en el fondo, la dinámica del concurso, es la misma en todas sus versiones.
Genial tu artículo y tu blog. A mi me gusta el programa, pero también es cierto que no se compara con top chef.
Un saludo
Claudia
Hola! Tienes mucha razón, cuando empezaron a anunciar el programa intenté apuntarme pero como había estudiado cocina y tenía un poco de experiencia en cocina las bases del programa ya te lo prohíben totalmente.
En otra versión, imagino que americana que he visto de vez en cuando son profesionales todos y claro, los platos se nota…pero en España, con la pedazo de cocina que tenemos y metemos a unas personas que aunque con muy buena fe…no dan la talla…
Estoy de acuerdo con Lena totalmente, a mi me encanta y en la app hay videos resumen de la formación que reciben, no creo que sea tan sencillo escoger a los mejores por un sólo plato, como ocurrió en los castings. Lo siento, en desacuerdo total, a mi me dan ganas de seguir cocinando y aprender cada día más.
A ver, date cuenta que delante de las camaras el jurado y un tiempo bastante justo para cocinar no esperararas que te salga un plato 5 estrellas no?