Tu vida cambió el día en que el cálido saquito que late día y noche entre tus brazos, llegó con un pan casero debajo del brazo que aún no has podido probar.
Estás cansada, sientes que lloras cuando ríes y que ríes cuando lloras, tus preocupaciones son ahora estados de máxima alerta, tu cuerpo ya no es tuyo, es de otra mucho más deforme que tú, y lo peor de todo, tienes hambre a todas horas, pero tus necesidades han dejado de ser prioritarias en tu lista de «cosas para hacer cuando tenga un minuto de tiempo libre».
Eres madre, eres una gran madre. Acabas de dar la vida y ya estás dispuesta a entregar la tuya propia por ese pequeño ser que tanto te necesita. Le quieres, te quiere. Sí, eres madre y hay 25 detalles de tu rutina alimenticia que te delatan:
1. Piensas que un tupper de comida congelada de tu madre vale más que un apartamento en Torrevieja.
2. Has descubierto que eres más rápida comiendo de lo que imaginabas.
3. El chocolate es una droga dura, y la noche es tu momento.
4. El gazpacho de brick ya no te parece tan espantoso. ¡Es alta cocina!
5. Te asaltan los remordimientos cada vez que se te sube a la cabeza una cerveza.
6. Tener la comida lista ya no es tu principal objetivo, es encontrar el momento para comértela.
7. Las manchas en el mantel ya no te importan tanto. Y las del mes pasado, tampoco.
8. El ruido de la olla exprés y del extractor de humo encendidos al mismo tiempo, no te impiden detectar una leve llantina en el otro extremo de la casa.
9. Tu instrumento de cocina más usado es… ¡el sacaleches!
10. Comes lo que no debes porque… «¡venga ya, me lo he ganado!».
11. Te has dado cuenta de que comer sin pan tampoco es tan terrible.
12. Al fin le has echado valor y has vencido el miedo a usar la olla rápida sólo porque… ¡es muy rápida!
13. En las últimas cuatro semanas has pensado más de dos veces en cómo sería la vida sin lavavajillas y has tenido taquicardias.
14. Salir a hacer la compra cuenta como tiempo de ocio.
15. Una cena con amigos requiere más trámites que darse de baja en una compañía telefónica.
16. Compras de más por si acaso, y estás empezando a perder el control. ¿Por si acaso qué?
17. Comer y merendar suelen ser la misma cosa.
18. Has pensado «por lo bajini» que si tu bebé tiene gases es porque ayer comiste lentejas.
19. Las coles de bruselas cocidas ya no te huelen a caca… Ahora te huelen a coles.
20. Has visto unos palillos chinos en la mesa y no se te ha ocurrido ni por asomo intentar comer con ellos.
21. Tu principal motivación al ingerir cualquier comida o bebida es… producir más leche materna.
22. Esperabas con verdadero deseo que llegara la hora de la cena y te has dormido encima del plato.
23. No son las cañerías, son tus tripas.
24. Si te dan a elegir entre el coche y una lasquita de jamón, te quedas con la pata entera.
25. Y ahora resulta que tu marido sabía cocinar. «¡Si se será cab…!»
Este artículo está dedicado a todas las madres con motivo de la celebración de su día el primer domingo de mayo de cada año, pero su autor se sentirá inmensamente agradecido si es leído, compartido y comentado entre madres, padres, hijos y todo tipo de humanoides de cualquier origen y condición que se sientan identificados con el mensaje.
¡FELICIDADES, MAMÁS!
*Mis fuentes inspiradoras para la elaboración de este artículo han sido la madre de mi hija, y este post que encontré hace meses en Huffington Post y que me hizo reír a carcajadas.
Fotos: Woodleywonde Ι Kryten
Jjajajajajaja, me ha encantado, se nota que has sido papi hace poquito y lo tienes bien freco.
Sin ninguna duda estoy de acuerdo contigo en mucho puntos de estos 25, pero con este;
9. Tu instrumento de cocina más usado es… ¡el sacaleches! y con este; 21. Tu principal motivación al ingerir cualquier comida o bebida es… producir más leche materna, son con los que más me identifico… Odio la cerveza y la tomo porque dicen que ayuda a producir más leche, jejejejeje