Receta: huevos en salsa

Huevos cocidos en mitades, rebozados en harina y huevo batido, fritos, y servidos acompañados de guisantes en una deliciosa salsa con aroma de azafrán.

Esta sería la definición técnica de esta receta de huevos en salsa. La objetiva, la rigurosa, y la que condensa todos los detalles que la convierten en deseada para cualquiera que haya tenido la suerte de llegar hasta aquí. Pero hay algo que no se indica en esta descripción, y que eleva a este sencillo y humilde platazo a la categoría de altamente recomendable: es de mi madre.

La receta, la elaboración, la foto de los huevos (con perdón) y hasta las grandes dosis de cariño intrínseco que se desprenden de la misma. Todo es de mi madre, pero dejadme que os explique lo del cariño.

Desde que sabe que escribo en un blog de cocina, aparte de caerme una colleja total y absolutamente merecida de vez en cuando, en su afán por facilitarme el trabajo y ayudarme a ganar una pequeña porción del tiempo que no me sobra, mi madre me hace sugerencias, me da ideas, y en ocasiones, se presta incluso a cocinar para mí bajo la intimidatoria mirada del objetivo de mi réflex, como visteis en el caso de la receta de la tarta tiramisú o la de las exquisitas torrijas.

En este caso, consciente de los apuros que me acucian en las últimas semanas, mi madre ha decidido dar un paso más, y se ha puesto a hacer fotos y a mandarme por correo electrónico algunas de sus recetas del día a día, redactadas por ella misma, transcritas de su recetario de papel de toda la vida. A esto lo llaman amor de madre.

Estos exquisitos huevos en salsa que tantas veces he disfrutado en esos mismos platos y con esos mismos cubiertos son, por tanto, aparte de algo muy emocionante para mí, una carta de presentación de Lola, que es como se llama mi madre, y toda una puesta de largo de su candidatura a convertirse en editora de Cocina.es.

Los padres que cocinan con el taxímetro puesto, deben saber que estos huevos en salsa se pueden hacer el día antes para darles un golpe de fuego en el momento de comerlos. Es más, al reposar toda una noche metidos en la cazuela, al día siguiente estarán más tomados de la salsa y más sabrosos.

Por último, esto ya es a título personal, si no sois amigos del azafrán bien por su sabor o bien por su precio, ya sabéis que lo podéis sustituir por cúrcuma. Las razones por las que os prohíbo terminantemente el uso de colorante amarillo bajo pena de impediros el acceso al blog por los restos de los restos, las esgrimo en este artículo sobre los colorantes alimenticios.

*Mi madre le compra los huevos de campo a una vecina, pero no hace falta tener vecinas con campos y gallinas para comprar huevos de calidad puestos por gallinas a las que se dé en vida un trato ético. En este artículo aprenderéis a interpretar los códigos de los huevos para no ser víctimas de los mensajes engañosos de los envoltorios de algunas marcas de huevos, y saber siempre lo que estáis comprando.