Ya hemos hablado otras veces de la enorme progresión que viene teniendo la cría de pescado debido al agotamiento de los caladeros de pescado en mares y océanos, y al abaratamiento de los costes de producción de este tipo de pescado con respecto a los costes asociados a la pesca.
Actualmente, se calcula que la mitad del pescado que se consume en el mundo es de piscifactoría, y aunque no todo el mundo sabe cómo diferenciar el pescado salvaje del pescado de piscifactoría, todos deberíamos saber hacerlo.
Pero el caso es que hay varias formas de criar pescado de piscifactoría, así como detalles de la cría que tal vez no conozcas y que, como consumidor de pescado, te interesará saber.
En primer lugar, aunque podamos pensar que la piscifactoría debe ser siempre acuicultura (o sea, un cultivo del mar, un cultivo en el mar), existen también instalaciones de cría de pescado en tierra. Distinguimos, por tanto, entre:
- Piscifactoría o acuicultura en mar.
- Piscifactoría o acuicultura en tierra, en interior.
Los sistemas de acuicultura son cerramientos acuícolas en el mar en los que se intenta criar el mayor número de especies posible facilitándoles la alimentación y los tratamientos sanitarios necesarios. De esta manera, se permite a los peces mantenerse en un ambiente cerrado, pero real. Están atrapados sin saberlo, pero están en el mar, en estructuras controladas a todos los niveles.
En el mar, existen también sistemas de cría de pescado que no son fijos, sino móviles, consistentes en barcos vivero. De esta forma, el pescado puede «viajar» de un lado a otro en una especie de guardería, de forma totalmente controlada, pero sin salir del mar.
Por su parte, las instalaciones de acuicultura en tierra son más complejas, por el hecho de obligarnos a recrear algunas de las condiciones del mar y del propio agua marina, aunque tienen la ventaja de permitir un mayor control de cada aspecto, al no estar expuestas a las posibles desavenencias del mar: cambios de temperatura, tempestades, contaminación del agua, etc.
Cómo se cría el pescado en piscifactoría
Independientemente del sistema elegido, el pescado que se cría en piscifactoría se caracteriza por:
- Un control sanitario muy estricto, amparado por las normas de cada país, que nos permite evitar enfermedades y posibles transmisiones en los humanos tales como el anisakis. Como contrapartida, este control sanitario implica la ingesta de antibióticos por parte del pescado que, a la postre y en pequeñas proporciones, acaban pasando al consumidor final del pescado.
- Un control de la alimentación, basada en piensos con los que se pretende conseguir un producto de la máxima calidad posible. No obstante, el hecho de que el pescado no tenga que buscar y competir por el alimento, es una alteración en sí misma que tiene consecuencias en las propiedades del producto.
- Sistemas eficientes de espacio, también muy controlados, con los que se intenta asegurar el bienestar de los peces en altos niveles de higiene.
La cría del pescado en piscifactoría, o el cultivo del mar (o la interpretación del mar no como un lugar de caza, sino como un espacio agrícola en el que criar, según decía el propio Jacques Cousteau) es una de las principales vías con las que contamos para asegurar el consumo de pescado en el mundo, al mismo tiempo que contribuimos a la preservación del medio ambiente, y huimos de las posibles consecuencias que tiene la contaminación de algunos mares y océanos en la salud del pescado y de los propios consumidores.
Foto: Billie