Por mucho que los platos fuertes del día de Navidad sean otros, nunca hay que descuidar los entrantes de esa comida, ya que pueden convertirse en el éxito o el fracaso de tu menú. Y es que unos entrantes poco apetitosos, o en poca cantidad, pueden quitar las ganas de disfrutar de la comida; o al contrario, si resultan demasiado exitosos o abundantes, tampoco se disfrutará del resto del menú. Vamos, que como en todo, el éxito de unos buenos aperitivos está en el equilibrio.
En cuanto al estilo de nuestros entrantes, podemos no arriesgarnos y quedarnos con los ingredientes y combinaciones clásicos de estás épocas, que siempre son un éxito seguro: embutidos, ahumados, queso, patés y, claro está, marisco, visten de gala una mesa y siempre son bien recibidos. Si además los mezclas, puedes ofrecer entrantes clásicos de forma origina: foie con queso, ensalada de marisco y embutido, consomés de fruta y mariscos… Las combinaciones son muchas, ¡sé original!
Pero si lo que quieres es que tus aperitivos navideños sean aún más originales, siempre puedes optar por combinaciones no tan típicas, que sorprendan ya desde el primer momento, dando a tu mesa navideña un toque de originalidad único. Entrantes de este estilo podrían ir desde la mezcla de dulce y salado, que en estas épocas puede estar representada por una crepe rellena de embutido, milhojas saladas, o simplemente pastas dulces quebradas con un queso fuerte o, incluso, con pequeños trozos de carne (solomillo ibérico, por ejemplo), con su salsa.
En resumen, hay que pensar en los aperitivos de Navidad siempre como una parte más del menú de ese día, y no poner cualquier cosa. Pero sin agobiarse, que posibilidades hay muchas, y todas buenas. ¡Usa tu imaginación!