La receta de la lubina al horno es muy similar a la de la dorada al horno. En ambos casos, vamos a dejar caer las piezas de lubina o de dorada sobre un lecho de patatas cortadas en rodajas muy finas y previamente horneadas. El preparado de mortero y el resto de condimentos con los que enriqueceremos la lubina antes de meterla al horno, los vamos a adaptar con el fin de lograr un sabor suave, pero con carácter.
Ingredientes de la receta de lubina al horno (para 2 personas):
2 lubinas frescas
1 patata
1/2 limón
100 ml. de vino blanco
1 cucharada de mostaza de Dijon
Un puñadito de hierbas provenzales
Aceite de oliva
3 pellizcos de escamas de sal
Elaboración de la receta de lubina al horno:
1. A la hora de comprar las lubinas, le diremos al pescadero que nos las limpie para cocinarlas al horno.
2. Precalentar el horno a 180 ºC. Mientras, cortar una patata en láminas muy finas, y hacer con ellas un lecho cubriendo el fondo de un recipiente para horno engrasado. Echar sal, regar con aceite de oliva y enriquecer con hierbas provenzales. Hornear durante 10 minutos.
3. En el tiempo que se hacen las patatas, hacemos el preparado de mortero con el zumo de 1/2 limón, 4 cuchadas de aceite de oliva, una cucharada de mostaza de Dijon, el vino blanco, un puñadito generoso de hierbas provenzales y dos pellizcos de sal.
4. Sacar la fuente con las patatas del horno. Bajar la temperatura a 150 ºC. Colocar sobre las patatas los filetes de lubina con unos 4 ó 5 cortes por cada lado. Regar por el interior y el exterior cada lubina con el preparado de mortero.
5. Hornear durante 30 minutos a 150 ºC.
¿Veis qué fácil es? Si tenéis poco tiempo para cocinar, pero os gusta comer sano y rico, la receta de lubina al horno es de las que hay que tatuar en algún muro de la cocina, para tenerla siempre presente. El sabor de la lubina es muy delicado, y con el lecho de patatas, se convierte en un plato único bastante completo.
¡Ah!, y si tenéis pensado hacer la lubina al horno para niños, no dejéis de hacerlo por miedo a las espinas. Es importante que los niños aprendan a comer pescado desde pequeños, para que no acaben rechazándolo de mayores. Para eso, conviene que el pescado sea rico (las lubinas son, en este sentido, buenas candidatas), y que les enseñemos a desmenuzarlo para que no tengan problemas con las espinas. Nadie nace sabiendo, y si se les explica, los niños aprenderán desde el principio a comer pescado sin ningún problema.
Hola! que buena pinta tiene!! a mi también me encanta cocinar y participo en un concurso de recetas de Pascual. Si pudiese pasarte por la web y votar mi receta lo agradecería!
Un saludo.