Muchas de nuestras especies vegetales de cereales, frutas, verduras, legumbres, hortalizas, etc.; se están extinguiendo a marchas forzadas desde comienzos del siglo XX. Tal vez el hecho de no tener ojos, ni pelo, ni patas, no permita a las especies vegetales llegar al corazoncito de los consumidores como lo han hecho el oso panda, el lince ibérico, el tigre, el elefante asiático, las ballenas, las tortugas marinas, o cualquiera de las cientos de especies de animales en peligro de extinción, pero la realidad es tanto o más grave que la de éstos, así como las posibles consecuencias en la alimentación que puede acarrear la coyuntura.
La siguiente infografía muestra la drástica disminución en más de un 90% de especies vegetales en Estados Unidos atendiendo al conjunto de cereales, frutas y verduras analizadas, una realidad extrapolable a la gran mayoría de los cultivos y al resto del mundo, que supone la pérdida de una herencia de más de 10 mil años, desde que el hombre empezó a cultivar y a recolectar en el Neolítico.
Pero, ¿por qué se están extinguiendo nuestras especies vegetales?
La razón principal, según explica Charles Siebert en un artículo llamado El arca de las semillas, publicado en la National Geographic en julio de 2011, se debe al interés de las grandes compañías de llenar los estantes de las grandes superficies de «modernas frutas y verduras de variedad única» que destaquen por su forma y color, y no por su sabor.
Aparte del hecho de no volver a ver una planta o sus frutos si no es en pintura, razón por la cual la sociedad muestra su sensibilidad ante la desaparición de especies animales, la extinción de cereales, frutas, verduras o legumbres utilizadas para la alimentación, supone un serio riesgo ante la amenaza paralela de plagas, y efectos adversos del cambio climático sobre las especies supervivientes.
En su interesante artículo, Charles Siebert cita el caso de la dramática desaparición de muchas variedades de trigo, como consecuencia del avance desde el corazón de África de un hongo conocido como «roya negra», que amenaza con poner en jaque al 90% del trigo del mundo. Pero al igual que el trigo, muchas de las mermadas variedades de alimentos vegetales existentes en la actualidad, podrían verse amenazadas con el agravante de existir una posibilidad de reemplazo cada vez menor.
A la mayoría de nosotros, acostumbrados a no interesarnos por el origen de los alimentos que compramos, hechos como el de la extinción de los cultivos de frutas y verduras nos pueden hacer reflexionar unos minutos, o como mucho, nos pueden empujar a indagar un poco; pero por desgracia, nos falta capacidad para hacer de nuestra información bandera de una reivindicación que repercuta en un mínimo cambio. Es una muestra más, marginal y ridícula para muchos, teniendo en cuenta lo que nos está tocando lidiar, del papel de marionetas al que nos relegan nuestras modernas democracias. También en la alimentación.
Fuente: Fundación Internacional para el progreso rural
En España se ha dado la curiosidad de agricultores que han exterminados los hectáreas y hectáreas de árboles frutales, porque como la fruta no era «perfecta» por fuera (sí deliciosa por dentro) nadie se la compraba. Ahora la tendencia está empezando a dar un giro, pero lo mismo para muchos agricultores y especies, será demasiado tarde.
Nos hacen falta más Charles Siebert en el mundo. Creo que no somos conscientes del problema que entre todos estamos fraguando.
Por favor, que la gente se conciencie y empiece YA la reivindicación para luchar por esas frutas y semillas que están desapareciendo. Son igual de importantes que los animales.
Comparto post y espero que se nos oiga