La Ley Antitabaco sigue provocando problemas desde su puesta en marcha el 1 de Enero, sobre todo entre el sector de la hostelería, que ve seriamente amenazado su modelo de negocio. Varias son las noticias que estas últimas semanas han saltado a los medios relacionados con el tema, desde cifras de pérdidas en la hostelería a reacciones de los usuarios ante la ley, pasando por la picaresca, en forma de multitud de medidas para evitar la prohibición, o para evitar la fuga de clientes: terrazas climatizadas, mantas para salir a fumar, creación de clubes de fumadores…
Ahora, desde la cúpula de la Federación Española de Hostelería (FEHR), se anuncia la puesta en marcha una plataforma para pedir la modificación de la Ley Antitabaco, ante la queja masiva de hosteleros de todas las comunidades autónomas, por las graves pérdidas de clientela y ventas que está causando en bares, restaurantes y establecimientos de ocio nocturno.
FEHR ha convocado a los representantes de las 74 asociaciones que la forman a una reunión el próximo 20 de enero, donde se hará una evaluación de la evolución de la actividad y del empleo del sector tras la entrada en vigor de la ley, y hablar sobre las acciones de defensa de las empresas hosteleras. Entre otras acciones propondrá a sus asociaciones poner en marcha una plataforma en la que tendrán acogida todas las organizaciones, entidades, profesionales y ciudadanos que deseen solidarizarse con el sector y adherirse a sus propuestas.
El principal objetivo de esta plataforma será lograr el respaldo suficiente de la sociedad civil, para así poder presentar y poner en marcha una iniciativa legislativa popular con el objeto de modificar la Ley Antitabaco, y buscar una norma más flexible. Como las existentes en los 23 países de la Unión Europea que han rechazado la prohibición total, que actualmente sólo existe en cuatro países de la Unión: Chipre, Irlanda, Reino Unido y España.
Desde mi punto de vista, es una ley muy extremista, la cual apoyo, porque los no fumadores han estado fumando «gratis» muchos años años sin querer.
Pero si nos remontamos unos pocos años atrás, en las aulas los profesores fumaban delante de los alumnos. Y ahora en ningún bar, pub, disco,.. en tu tiempo de ocio, te puedes fumar un cigarro libremente. Una cosa es poner normas y buscar mejoras para todos, no delimitar a los fumadores de esa manera y con multas, como si fueran delincuentes.
Resumo: una medida moderada, no tan drástica, los extremos nunca son buenos.
Totalmente de acuerdo. Yo por ejemplo pienso que el pequeño negocio que no tenga empleados está en su derecho de permitir fumar. Y el no fumador de no entrar. O por ejemplo se podría obligar al bar o restaurante que permitiese fumar a pagar un fuerte plus de riesgo a camareros. O se deberían permitir zonas cerradas y bien ventiladas y sin servicio de camareros para fumadores. Medidas todas que cumplirían con la finalidad de proteger la salud de los trabajadores y aumentarían el número de bares o restaurantes de no fumadores. No entiendo por qué el talibanismo de la prohibición total.
Las prohibiciones surgen cuando las personas carecen de educación y de respeto. Lo ideal sería que todo fumador fuese consciente del daño que le hace al que se encuentra a su lado, fundamentalmente en los lugares cerrados. Pero si el sentido común y el respeto no surge de forma espontánea de la gente, las conductas de las personas tienen que ser coartadas con leyes. Tal vez exista una relación de proporcionalidad entre el nivel de legislación de las sociedades y el civismo de las mismas…
Debates filosóficos aparte, creo que en general, la aplicación de la ley está siendo muy positiva, y dentro de unos años pensaremos en los días en que salir de un bar era salir oliendo a humo, con los ojos rojos y la garganta irritada, y nos echaremos las manos a la cabeza, de igual forma que lo hacemos hoy al pensar en los profesores fumando en las aulas, de los médicos fumando en las consultas, o de los pasajeros fumando en trenes y autobuses, etc. Es normal que haya quienes estén en contra, y que haya, incluso, algún damnificado en todo esto. Pero en mi opinión, está perfectamente justificado por la defensa de la salud de quienes han sido los verdaderos damnificados durante años con la situación anterior a la aplicación de esta ley: los clientes y trabajadores no fumadores de bares y restaurantes. Por cierto, no se nos olvide que los fumadores también lo son (damnificados), aunque sea por voluntad propia.