¿Sabes cuánto azúcar tienen los refrescos? Con esta infografía, he querido ilustrar la cantidad de azúcar contenida en las bebidas más consumidas en España. Los datos los recopilé personalmente en una visita ayer mismo al supermercado de la esquina porque, aunque había visto algunas publicaciones similares, la disparidad de datos ofrecidos por unas y otras me impulsaba a sacar mis propias conclusiones.
El azúcar que nos bebemos
Recopilar los datos me llevó apenas unos minutos porque, salvo excepciones, la mayoría de las marcas ofrecen el dato de la cantidad de azúcares en el reverso del envase. Sin embargo, me llamó la atención la ausencia de información en el caso concreto de las caseras, tintos de verano y cervezas.
En todo caso, teniendo en cuenta lo exagerado del dato en la totalidad de los refrescos analizados, se echa de menos una alusión clara a la cantidad de azúcar de las bebidas impresa en la parte más visible de las latas.
A nivel de normativas, aunque no es comparable, no se entiende el grado extremo de información sobre las consecuencias que puede acarrear el consumo de tabaco expresado en las cajetillas de cigarrillos, si se pone en relación con la ausencia absoluta de advertencias similares en las latas de refrescos sobre los posibles perjuicios de un consumo excesivo de azúcar.
No es lo mismo echarle 9 de terrones de azúcar a la leche del desayuno, que beberse una Coca-Cola. No es lo mismo porque la Coca-Cola ya lleva esa misma cantidad de azúcar diluida en el brebaje, y por lo tanto, es invisible para el consumidor. La invisibilidad del azúcar que nos bebemos es, por tanto, la ventaja que induce a los consumidores a ser indulgentes con este tema. O lo que es lo mismo, el desconocimiento.
¿Son los refrescos sin azúcar la solución al problema?
Aunque citemos siempre el caso de la Coca-Cola, el exceso de azúcar es una constante en todos los refrescos que bebemos, excepto en los que se venden bajo la etiqueta de «light», «sin azúcar» o «zero», entre otras denominaciones. En estos casos, no obstante, se opta por edulcorantes articifiales como la sucralosa (aditivo E955) cuya seguridad a largo plazo es puesta en entredicho por algunas entidades.
Sin entrar en ese debate, lo que me cuesta entender es por qué un edulcorante natural como la stevia que aporta 0 azúcares y 0 calorías, que es totalmente inocuo y al que se atribuyen muchas propiedades beneficiosas para la salud, no cuenta con la simpatía de las grandes compañías, las cuales, en el mejor de los casos, suelen aprovecharse de la buena fama de esta sustancia para falsear la información del envase anunciando su presencia en sustitución del azúcar e incluyendo, en realidad, un edulcorante artificial con un 1% de esencia de stevia.
Pero vamos a ver la infografía antes de seguir con el análisis de este interesante tema.
*He preferido exponer la información de la cantidad de azúcar contenida en cada lata de bebida, al ser la unidad de consumo más frecuente. Observaréis que en todos los casos, menos en uno, las latas tienen una capacidad de 33 cl. La excepción es el RedBull, que se vende en latas de 25 cl. En este caso, por tanto, si me hubiera atenido a la cantidad de azúcar por cada 100 ml., RedBull lideraría la lista con un total de 11 gr. por cada 100 ml.
Conclusiones al caso de la exagerada cantidad de azúcar en los refrescos se pueden sacar muchas: que la falta de información nos expone a todos al excesivo consumo de azúcar, pero especialmente a los niños, embarazadas, personas mayores, etc.; que sólo la falta de claridad en la información ofrecida por las marcas sostiene el elevado consumo de este tipo de bebidas; que las marcas sólo actúan en su propio beneficio, y que por lo tanto, sólo reducirán la cantidad de azúcar en las bebidas cuando haya una norma que se lo exija, o cuando la dinámica misma del consumo les empuje a ello, etc.
No quería dejar pasar la ocasión sin compartir esta entrevista a James Quinsey, presidente de Coca-Cola Europa. Sus respuestas ante las preguntas directas y sin tapujos del periodista son, al mismo tiempo, la reafirmación de algunas de mis conclusiones:
Por último, como siempre que toco un tema de este estilo, quiero dejar claro que apuesto por el camino del medio: el del consumo consciente. Quiero decir con esto que, seguramente, nadie debería dejar de consumir ni éste ni ningún otro alimento que le guste de forma radical, basándose en el miedo desproporcionado. El azúcar es necesario para el organismo, al igual que las grasas y otras muchas sustancias «demonizadas» por una sociedad confusa y con prisas.
Mi consejo es que, cuando bebáis refrescos, simplemente seáis conscientes de lo que estáis bebiendo para ajustar la cantidad de azúcar a vuestras necesidades, en moderada correlación con vuestro deseo de beber, que también es importante considerar. Y lo mismo con el resto de cosas que bebáis y comáis.