«Seguro que alguna vez has pensado que te encantaría perder peso sin tener que cambiar nada. Eso es precisamente lo que propone el ayuno intermitente».
La frase está extraída de la guía Ayuno Intermitente. Una solución eficaz para perder peso, ganar salud y simplificar tu vida, un libro escrito por Ángel Alegre a partir de su experiencia personal, con el apoyo de la psicóloga clínica y escritora Marina Díaz Carmona, cuya segunda edición -mejorada y ampliada- acaba de ser publicada.
Con el verano a las puertas, cosas así son justo lo que muchos están deseando oír. Suena a dieta milagro, pero no lo es. Ni si quiera estoy seguro de que se trate de una dieta, pero es lo más coherente que he leído en mucho tiempo sobre modelos alimenticios cuya finalidad principal es adelgazar y preservar la salud a medio y largo plazo. De ahí la licencia de referirme al ayuno intermitente como la dieta de la libertad.
Qué es el Ayuno Intermitente
El ayuno intermitente no es una dieta al uso, pero persigue los beneficios de muchas dietas juntas: perder peso, mejorar tu estado físico y tu salud en general, lograr un equilibrio cuerpo/mente, etc. Todo ello, con la ventaja de hacernos la vida algo más fácil, al librarnos del deber impuesto por nuestra propia cultura de tener que desayunar una vez en casa y otra en el trabajo, comer, merendar y cenar a diario; amén del resto de comidas clandestinas que solemos permitirnos, y con todo lo que ello supone: comprar comida, prepararla, ensuciar, limpiar, buscar un lugar acorde donde comer cuando se está fuera de casa, etc.
Ayunar de forma intermitente, consciente y voluntaria, por lo tanto, implica algo tan lógico a primera vista como ordenar nuestro ritmo de comidas y ayunos eliminando alguna de las «comidas establecidas», y ajustando en la medida de lo posible el balance de nutrientes ingeridos con las necesidades de nuestro organismo.
Partiendo del hecho de que tenemos que prescindir de alguna de nuestras comidas, lo mejor es que el ayuno intermitente «no restringe tipos ni cantidades de alimentos» y «permite hacer el resto de nuestras comidas normales, completas y deliciosas (…) A cambio de una limitación aceptable, disfrutamos de todo el placer que puede darnos algo tan fantástico como la comida».
Por supuesto, no hay un solo modelo de ayuno intermitente, adaptándose esta especie de filosofía de la alimentación a la realidad y a las necesidades de cada uno. Es, por lo tanto, una dieta flexible al 100%.
Sobre la guía Ayuno Intermitente
«No es un libro sobre nutrición, sino sobre la libertad. De trabajar menos, deshacerse de reglas innecesarias y simplificar».
«No pretende ser un tratado exhaustivo, sino algo que puedas leer en un par de horas y aplicar al día siguiente, aunque con suficiente información como para hacerlo de forma segura«.
Dada la proliferación en los últimos años de libros sobre dietas milagro fraudulentas y potencialmente peligrosas, Ángel Alegre ha puesto especial empeño en ahuyentar posibles fantasmas en el prólogo y dejar claro cuál es la esencia de la guía, algo que queda perfectamente reflejado en estas dos frases.
Mi opinión es que se trata de un compendio de información acerca del ayuno intermitente perfectamente ordenada, explicada con el lenguaje que todos entendemos, y refrendada por la experiencia personal del autor.
Acostumbrado a leer los artículos de Ángel Alegre, no puedo decir que me haya llamado la atención el estilo de la guía sobre Ayuno Intermitente: es clara hasta el extremo, está razonada como se espera y generosamente documentada, resulta amena como un libro infantil, etc.
Durante el tiempo que pasas leyéndola, tienes la sensación de estar escuchando a un amigo muy bien informado, contándote todo lo que sabe sobre la dieta el modelo de alimentación que le cambió la vida, aunque fuera precisamente su nueva forma de entender la vida lo que le llevara a replantearse sus hábitos alimenticios.
La guía sobre Ayuno Intermitente de Ángel Alegre y Marina Díaz, distribuida en formato digital (PDF, Mobi y ePub), tiene dos partes bien diferenciadas: una introductoria, en la que se deja bien claro en qué consiste el ayuno intermitente, se desmontan algunos mitos acerca de éste, y se aporta información valiosa sobre cómo aplicar la dieta (como compaginar la dieta con la vida real, cómo ayunar, cómo comer, etc.); y otra más pragmática, que describe detalladamente los modelos de ayuno intermitente más recomendables, apoyándose en material infográfico:
· 8/16 simple, que consiste básicamente en establecer cada día un periodo de 8 horas para comer y de 16 horas para ayunar.
· Leangains, dirigida a deportistas que desean perder grasa y ganar músculo.
· Eat Stop Eat, que propone ayunar durante 24 horas completas una o dos veces por semana y comer normal el resto.
· La dieta del Guerrero, inspirada en el estilo de vida de los legionarios romanos, que hacían pequeñas comidas durante 20 horas al día, mientras entrenaban, para acabar cada jornada con una gran cena.
Especialmente práctica me ha parecido la información que se incluye al final del libro acerca del carácter estresor del ayuno intermitente, de las causas y de las consecuencias, así como las pautas de conducta y de alimentación recomendadas para «lidiar con el hambre»: utilizar un horario constante de ayuno, ir de menos a más en su puesta en práctica, beber mucha agua, mantenerse ocupado, hacer ejercicio físico, etc.
Sobre Ángel Alegre
Antes de leer esta guía, creo que es interesante hacerse una ligera idea sobre quién es Ángel Alegre. Yo no le conozco personalmente -estamos condenados a hacerlo antes o después- pero sigo sus publicaciones prácticamente desde sus inicios en Vivir al Máximo, un proyecto que define perfectamente su esencia más allá del hecho de actuar como cuaderno de bitácora de sus andanzas.
Ángel es una especie de ave fénix, un filósofo de la vida descaradamente joven con una capacidad que admiro para interpretar su propia realidad, y la del mundo que le rodea. Por eso, con tan sólo 22 años, un contrato como ingeniero informático en una importante multinacional y el futuro prácticamente resuelto, Ángel supo romper sus cadenas y hacer de su vida lo que realmente quiso, pasando de ser un asalariado bien remunerado, desmotivado y con sobrepeso, a convertirse en emprendedor online y viajero de profesión, sin limitaciones físicas relacionadas con su alimentación; «un chico normal» que encontró en el ayuno intermitente su método ideal para adelgazar y vivir mejor.
Si creo en Ángel Alegre y en su guía como excelente punto de partida para cualquiera que quiera probar con el ayuno intermitente, es porque Ángel apoya todo lo que razona y escribe en un trabajo previo de documentación e interpretación de su propia experiencia intachables.
Conclusiones
Confieso que no he practicado el ayuno intermitente (ni si quiera he tenido tiempo de planteármelo aún), y debido a mis características, seguramente no lo ponga en práctica en mis carnes a corto plazo, pero al igual que me ha sucedido al investigar sobre otros modelos alimenticios como la dieta paleo o la dieta crudivegana, he sacado algunas conclusiones que han derivado en sus correspondientes micro ajustes en mi alimentación:
· Ayunar es saludable. Debemos comer para satisfacer las demandas de nuestro organismo y también de nuestro alma, pero si queremos llevar el tema de la alimentación de la mejor forma posible, no podemos hacer de la comida una droga y convertirnos a nosotros mismos en dependientes hasta el extremo de lo que, en realidad, no dependemos.
Por eso, en mi caso, he considerado beneficioso afinar en el establecimiento de márgenes un poco más estrictos de periodos de ayuno y de alimentación, eliminando el picoteo de entre el desayuno y la comida, y las meriendas y tentempiés de entre la comida y la cena, aunque en estos primeros días a veces «ruja la marabunta» más de lo normal.
· Ayunar me permite disfrutar más de la comida. Uno de los efectos que ya he empezado a notar de lo anterior, es que tanto mis comidas como mis cenas, son ahora mucho más placenteras. Afronto el trámite con verdadero apetito, percibo los sabores con más intensidad, y como más de los platos de almuerzos y cenas, las comidas que preparo pensando en mis necesidades alimenticias.
Muchas veces justificamos nuestra propia permisividad al comer todo lo que nos apetece cuando nos apetece, basándonos en la satisfacción que esto nos produce, pero no nos damos cuenta de que esos micro momentos de placer repartidos a lo largo del día, además de maltratar a nuestro organismo al mantenerlo constantemente sometido a los rigores de la digestión, nos impiden gozar de las comidas importantes del día.
Nuestros estómagos se comportan como niños consentidos: tienen tanto de todo a todas horas, que no le dan el más mínimo valor a la llegada de un nuevo estímulo.
· Ayunar aporta coherencia a mi vida. Pasarse gran parte del día pensando qué va a ser lo siguiente que nos llevemos a la boca después de apenas una hora desde la última comida, está exento de toda lógica. Nos desconcentra, nos genera ansiedad, nos hace menos productivos, nos cansa, etc. Por el contrario, disciplinarnos en el establecimiento de periodos de ayuno y comidas ajustados a nuestro ritmo cotidiano, nos libra de una carga que nadie nos obliga a llevar encima.
Referirse a la guía sobre Ayuno Intermitente como «un libro sobre la libertad» como hace Ángel Alegre en el prólogo del libro, puede sonar pretencioso, pero me parece un matiz muy válido y es la idea con la que quiero terminar.
Creo que el ayuno intermitente se puede llevar a la práctica de muchas maneras y con muchos fines (para adelgazar, como ayuno terapéutico, como refuerzo a la práctica del culturismo, etc.), y como con todo, habrá quienes pierdan el norte y lleguen incluso a hacer del ayuno algo perjudicial para su propia salud. Pero por encima de todo, el Ayuno Intermitente llevado a cabo con control en cualquiera de las formas que se exponen en la guía, considerando sus principios de forma total o parcial, nos permite redimirnos de planteamientos erróneos y preestablecidos de nuestra forma de entender la alimentación. Y eso también nos hace más libres.