Los mejillones belgas con nata o mejillones a la crema, son también una receta de mejillones al estilo de Francia que enamoran, típicos en la region Parisienne.
De hecho, paradojas de la vida, los mejillones en salsa belga yo los probé por primera vez en Francia, más concretamente en uno de esos restaurantes plagados de turistas que dan vida a las calles de Fontainebleau.
Acostumbrado a comer mejillones a la española -en salpicón, rellenos, o al vapor con vino blanco-, la receta de los también llamados mejillones al estilo de Brujas me cautivó desde el primer momento, y desde entonces forma parte de mi recetario particular.
En el norte de Francia (sobre todo en el noreste), incluido París, los mejillones en salsa belga los vas a encontrar con el nombre de moules a la crème (literalmente, mejillones a la crema o mejillones con nata), o bien por el de moules frites cuando la cacerola en la que te los sirven, viene acompañada de una generosa ración de patatas fritas.
Siempre me llamó que, a pesar de ser un marisco y de desprender la receta un cierto halo de comida de valor, los mejillones en salsa belga son de lo más populares, se pueden comer en muchos restaurantes de comida rápida, y no son especialmente caros. ¡Pero lo mejor es saber hacer tus propios mejillones a la belga al vino blanco y con nata, para hacértelos sin necesidad de viajar al centro de Europa!
Receta: Mejillones en salsa belga
Un receta de marisco súper fácil de hacer, en la que tanto valor tiene el frescor del mejillón, como el punto de la salsa. ¡Una delicia!
Ingredientes para 2 raciones de mejillones en salsa belga:
- 750 gr. de mejillones frescos
- 1 cebolla
- 2 cucharadas de mantequilla
- 120 ml. de vino blanco
- 200 ml. de nata para cocinar
- Perejil fresco
- Sal
Cómo hacer mejillones belgas con nata (moules a la crème):
- Limpia bien la concha de los mejillones raspando con un cuchillo, y enjuágalos con abundante agua fría.
- Pica la cebolla, y sofríela en una cazuela muy ancha con la mantequilla (puedes «españolizar» la receta usando aceite de oliva virgen extra, pero la mantequilla le da a los mejillones en salsa belga su punto de sabor).
- Cuando la cebolla esté transparente, echa el vino blanco, sube el fuego, añade los mejillones, tapa la cazuela, y deja que se abran los mejillones al vapor. Remueve un poco si ves que están un poco perezosos.
- Cuando se hayan abierto todos los mejillones, retíralos de la cazuela, y rápidamente, añade la nata y sal al gusto, y sube el fuego. Remueve sin parar con unas varillas hasta conseguir que la salsa coja cuerpo.
- Cuando la salsa esté a punto, vuelve a añadir los mejillones a la cazuela, remueve durante unos segundos, y sírvelos en unas cazuelitas o bol de metal (a ser posible).
- Espolvorea el perejil bien picadito por encima, y listo.
Tiempo de preparación: 5 minutos
Tiempo de cocción: 18 minutos
Veredicto:
Sé que me lo vais a preguntar, así es que me voy a adelantar: sí, siguiendo este mismo proceso, podríamos hacer unos mejillones belgas a la cerveza simplemente sustituyendo el vino blanco por cerveza en la misma medida. El toque de cerveza lo vais a notar, aunque la diferencia no es abismal con respecto a la receta de los mejillones en salsa belga con vino blanco.
Esta foto, aunque no es ningún alarde de la técnica, la he querido incluir en la receta para testimoniar cómo se deben comer los mejillones en salsa belga: con una buena cantidad de salsa contenida en la concha, que nos obliga a «ejecutar» la técnica del rechupeteo con cada mejillón.
Con qué acompaño los mejillones en salsa belga
Ya he hablado antes de lo típicos que son en Francia los moules frites; o sea, mejillones a la crema con sus patatas fritas, pero a mí personalmente, será que estoy harto de que en la mayoría de los restaurantes las patatas fritas sean congeladas y artificiales (de bolsa), no me gusta esta opción.
Lo más típico es acompañar los mejillones en salsa belga con arroz hervido. Os recomiendo saltearlo un poco con aceite de oliva y ajo antes de cocerlo, y añadir un poco de perejil al final.
En cuanto a la bebida, cualquier vino blanco con un toque dulce o espumoso, le va a ir fenomenal a los mejillones belgas con nata (moules a la crème).