Receta: Lasaña de Verano con Calabacín, Nueces y Ricotta

Que en verano no apetezca encender el horno, no quiere decir que desaparezcan nuestras ganas de comer cosas ricas. De hecho, si alguna de tus recetas típicas del invierno gusta especialmente en casa, es muy posible que los meses de calor se te hagan más largos de la cuenta. Es el caso de la lasaña, y es el motivo por el que le hemos dado una pequeña vuelta de tuerca a la receta para obtener esta lasaña de verano con relleno de verduras.

Para conseguirlo, vamos a hacer una lasaña con placas de pasta que irán cocidas (no de las que no necesitan cocción, pues se ablandan con el calor del horno), con un relleno ligero (en verano, el campo nos da más verduras, y al cuerpo le apetecen menos grasas), bechamel casera (que podríamos sustituir por alguna bechamel de brick de confianza si queremos ahorrar tiempo en la elaboración), y todo coronado por una capa generosa de queso ricotta desmenuzado.

No obstante, el relleno de calabacín y nueces de nuestra lasaña de verano se puede usar con cualquier receta de lasaña, en cualquier época del año. De hecho, es una opción más que recomendable que, en el 99% de los casos, no levantará las sospechas de esos niños que rechazan las verduras por sistema.

A diferencia de una lasaña «convencional» o de invierno, esta lasaña de verduras la serviremos en frío, de manera que nuestro trabajo consiste en preparar cada capa y en montar la estructura, tal y como se ve en las fotos.

Para evitar los calores del verano en la cocina, sobre todo si vives en la mitad sur de España o en cualquier otro lugar cálido del planeta, te recomendamos que te levantes temprano, y en algo así como una hora tendrás lista tu lasaña de verano con calabacín, nueces y queso ricotta, que se hace así:

Receta de la Lasaña de Verano

Lasaña de verano con calabacín, nueces y queso ricotta

Una delicia de la que no podemos ni debemos privarnos durante 4 meses al año, que no te hará sudar en la cocina.

Ingredientes para 4 porciones de Lasaña de verano de calabacín, nueces y ricotta

  • 1 calabacín mediano tirando a pequeño
  • 1 cebolleta
  • 120 gr. de nueces
  • 200 ml. de tomate frito
  • 20 placas para lasaña para cocer
  • Orégano
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • 200 gr. de queso ricotta

    Para la bechamel:
  • 30 gr. de mantequilla
  • 30 gr. de harina todo uso
  • 500 ml. de leche entera
  • Nuez moscada
  • Sal

Cómo hacer la Lasaña de Verano

  1. Empezamos por el relleno, picando muy fino la cebolleta y el calabacín (lo de pelarlo, o no, va en gustos; yo prefiero dejarlo con su piel para aprovechar mejor sus nutrientes) y sofriéndolos en un buen chorro de sartén con aceite de oliva virgen extra. Añadimos sal al gusto.
  2. Picamos las nueces con una picadora eléctrica, o las machacamos con un mortero, hasta dejarlas con una textura fina, pero sin llegar a convertirlas en harina (como la quinoa, por ejemplo).
  3. Cuando la verdura esté pochadita, añadimos el tomate frito, removemos bien, añadimos el orégano al gusto, y lo dejamos reposar.
  4. Mientras termina de hacerse el relleno, cocemos la pasta en una cazuela grande con agua y sal. Suelen ser unos 6minutos, pero seguiremos las indicaciones de la marca. Una vez cocidas, las escurrimos y sumergimos en agua fría. Luego, extendemos las placas en un paño de algodón limpio, sin montarse unas sobre otras.
  5. Por último, hacemos la bechamel. Tardaremos 5 minutos siguiendo estas indicaciones.
  6. Montamos cada porción de lasaña en su plato final. Empzamos echando una cuchara de bechamel, sobre la cual ponmos la primera placa de pasta. Sobre ésta, una cucharada de relleno y un poco de bechamel. Lo repartimos bien, y repetimos en proceso en todos los platos, con todas las capas.
  7. Una vez montadas las cinco capas de lasaña, añadimos una cantidad generosa de bechamel, y para terminar, el queso ricotta desmenuzado.

Tiempo de cocción: 30 minutos
Tiempo de preparación: 30 minutos
Dificultad: para mandriles

Tal cual terminamos de monatarla, podemos servir nuestra lasaña de verano a la mesa acompañada de una ensalada, pero ya hemos dicho que lo ideal sería hacerla por la mañana. En ese caso, tapamos cada porción de lasaña con papel film en su plato, y la atemperamos sacándola unos 20 minutos antes de servir. Si queremos, también podemos darle un golpe de mircoondas, pero sin pasarnos.

La diferencia entre usar un queso ricotta para cubrir la lasaña, y no un queso que se pueda fundir y gratinar como el emmental, por ejemplo, es que el resultado es más fresco, más agradable. No podemos decir que sea un comida súper ligero, pero no nos dejará sensación de estómago pesado, y si la comparamos con una lasaña con relleno de carne y un queso más graso, la diferencia es muy notable.

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