Cómo evitar la contaminación en los huevos

El huevo es uno de los alimentos más sanos y completos que podemos ingerir. Es la proteína más pura que tenemos a nuestro alcance y es tan versátil que sólo con tener una docena de huevos en la nevera, tienes la comida asegurada cuando no has cocinado otra cosa o quieres comer algo rápido y a la vez delicioso y bueno para salud.

Pero frente a todo lo bueno que estos tienen, tienen un aspecto en contra que hace que algunas personas sean reacias a consumirlos. Y es que los huevos pueden contaminarse y producir enfermedades. Algunas de ellas, como la salmonelosis, son enfermedades graves que pueden llegar a ser mortales.

Para consumir huevos sea completamente seguro, es importante evitar la contaminación en los huevos y para ello has de conocer las pautas y consejos que te vamos a dar a continuación.

Hace unos días escribimos en nuestra web una entrada en la que comentábamos cómo esterilizar huevos para poder comerlos en preparaciones en crudo sin riesgo alguno. Pero al escribir sobre ello nos dimos cuenta que hay otros muchos aspectos que puedes tener en cuenta para evitar que los huevos se contaminen, sin tener que llegar al punto de la esterilización, que no siempre es tan sencilla como parece, pues los tiempos y la temperatura son extremadamente importantes y vitales.

Normas básicas para la correcta conservación de los huevos

Dado que el tema de la esterilización no es algo que nos convenza para todas las ocasiones y para todo tipo de preparaciones, es vital que te contemos estas normas para la correcta conservación de los huevos que evitarán no sólo que los mismos se contaminen de suciedad y bacterias, también que te duren perfectos durante mucho más tiempo.

Aunque cuando los compras en las tiendas y supermercados, los huevos están expuestos a temperatura ambiente, desde ya te aconsejamos que guardes los huevos en el frigorífico. Una temperatura constante de entre 1 y 10 grados es la ideal con el fin de aumentar su vida útil, frescura, calidad y seguridad al comerlo.

Otra cosa que debes hacer para aumentar la frescura del huevo, es colocarlo con la punta hacia abajo. De esta forma la cámara de aire que tiene el huevo en la parte más gruesa, protegerá al mismo de estropearse y pasarse.

Cómo manipular los huevos para que no se contaminen

Los puntos anteriores te han dicho cómo conservar los huevos de forma somera, hay cosas más profundas a tener en cuenta y ello lo hemos dejado bien patente en la entrada en la que analizamos cómo conservar los huevos frescos correctamente.

Pero una cosa es conservar y otra manipular. Y de esto es de lo que te vamos a dar buena cuenta en los siguientes párrafos.

Antes de consumirlos debes mirar bien el exterior del huevo. Si ves que la cáscara está dañada, no tiene buen aspecto o si desprende un mal olor, no debes consumirlo y debes tirarlo. No te la juegues por un huevo.

Lo ideal, antes de abrir un huevo, es esterilizar la cáscara. Para ello no lo laves ni lo frotes, simplemente introduce el huevo en un recipiente con agua y legía apta para el consumo, donde lo dejarás unos 5 minutos. Luego sácalos y sécalos con papel de cocina o con un paño limpio y seco.

Para cascar los huevos no debes usar el mismo recipiente donde vayas a echar el huevo a continuación. Nos da lo mismo que sea una sartén, un plato o un bol. El mayor foco de infección de los huevos se encuentra en la cáscara y es por eso que un poquito del polvillo de la cáscara que pueda quedar en el recipiente, puede ser letal.

Todos hemos visto cientos de cocineros en la televisión separando claras y yemas de huevo con las propias cáscaras de los huevos… Pues si un poquito de polvo de la cáscara puede enfermarte, imagina qué puede hacerte la cáscara completa.

Nunca, nunca, nunca uses las cáscaras del huevo para separar las claras de las yemas. Hay utensilios aptos para ello y, si no tienes nada, pues usa el truco de la botella o, simplemente, lávate las manos bien y usa los dedos para coger las yemas de la clara. Es sencillo y no te costará un solo euro.

Por cierto, hay cosas que puedes creer que son problemáticas en un huevo una vez abierto, pero para nada lo son. Por ejemplo, si ves alguna manchita de sangre en el huevo, no te preocupes, no está malo y no vuelvas loco por retirarla, lo mejor es quitarla una vez batido o cocinado, si es que quieres evitar comértelo.

Otra cosa que puede hacerte pensar que tu huevo no está fresco o que está malo, son una especie de nubes que aparecen en la clara. No te preocupes. Estas nubecitas no son para nada peligrosas. Es más, son un síntoma de que el huevo está fresco.

Como ves, no son muchas las cosas a tener en cuenta para evitar que los huevos se pongan malos y te puedan luego causar una enfermedad, y seguro que muchas de ellas ya las aplicas en tus casas, por lo que podemos ir poniendo el punto y final a nuestra entrada, esperando que nadie tenga que pasar por el mal rato de una indigestión por comer huevo en mal estado.