15 de noviembre de 2010 (R. Ojalvo/Cocina.es) – Una teoría acerca de la extinción del chocolate circula por la Red. Al parecer, el elevado consumo del preciado producto, unido a la no muy alta rentabilidad de su producción, está provocando que, año tras año, su demanda sea mayor a las existencias, y esto, con el paso del tiempo, podría acarrear una posible desaparición. La hipótesis, aunque resulte dramática a primera vista, no está exenta de lógica. De hecho, el enorme valor gastronómico del chocolate no es equivalente al beneficio que obtienen por él sus principales productores, localizados principalmente en regiones subdesarrolladas o en vías de desarrollo de África y de Sudamérica. A medida que disminuyen las plantaciones de cacao, por lo tanto, aumenta el deseo por él en todo el mundo. Y es que el chocolate, lejos de ceñirse al ámbito de los postres, es un ingrediente en boga en las distintas formas de expresión de la gastronomía mundial.
Si bien parece complicado que el título de este artículo llegase a materializarse en la realidad tal y como se expresa, sí que resulta muy posible, después de analizar las circunstancias que rodean a la producción del chocolate, que el precio del mismo vaya progresivamente en aumento en los próximos años, e incluso que a largo plazo llegue a convertirse en un producto exclusivo, o que sea objeto de manipulaciones genéticas con el fin de optimizar su cultivo.