Aunque ahora, en pleno siglo XXI, todos nosotros damos por hecho que para conservar, de manera segura, los productos alimenticios que compramos o cultivamos, basta con meterlos en el frigorífico o en el congelador, lo cierto es que esto no siempre ha sido así. Estos aparatos refrigeradores son una invención relativamente reciente, por lo que, antes de su llegada al mercado y a nuestros hogares, el ser humano tenía que ingeniárselas de otras formas para conservar la comida. ¿Y cómo se conservaban los alimentos antes de la refrigeración?
El hombre es un ser curioso e ingenioso por naturaleza. Y es gracias a esa curiosidad y a ese ingenio que hemos podido sobrevivir a lo largo de los siglos. Un claro ejemplo de ello es el hecho de haber descubierto no una sino varias formas de conservar la comida antes de la llegada de la refrigeración. ¿Quieres conocer algunas de ellas?
Métodos para conservar los alimentos anteriores a la refrigeración
Antes de la llegada de la refrigeración, los humanos tenían que recurrir a una variedad de métodos para conservar los alimentos. Estos métodos incluían:
- Secado: El secado es uno de los métodos más antiguos de conservación de alimentos. Los alimentos se secan al sol, al aire o en un horno. El secado elimina la humedad de los alimentos, lo que dificulta el crecimiento de los microorganismos.
- Fermentación: La fermentación es un proceso biológico en el que las bacterias y las levaduras convierten los azúcares de los alimentos en ácidos. Los ácidos crean un entorno inhóspito para los microorganismos, lo que ayuda a conservar los alimentos.
- Salado: El salado es otro método antiguo de conservación de alimentos. Los alimentos se salan con sal, lo que deshidrata los alimentos y hace que sea difícil para los microorganismos crecer.
- Ahumado: El ahumado es un método de conservación de alimentos que utiliza el humo para crear un entorno inhóspito para los microorganismos. El humo también añade sabor a los alimentos.
- Enlatado: El enlatado es un método de conservación de alimentos que utiliza calor para matar los microorganismos y sellar los alimentos en un recipiente hermético.
- Congelación: La congelación es un método de conservación de alimentos que utiliza el frío para ralentizar el crecimiento de los microorganismos.
Estos métodos de conservación de alimentos eran esenciales para la supervivencia de los humanos antes de la llegada de la refrigeración. Gracias a estos métodos, los humanos pudieron almacenar los alimentos durante períodos más largos de tiempo y evitar el desperdicio de alimentos.
De hecho, todos estos métodos que hemos comentado resultan tan eficaces, que incluso a día de hoy se siguen utilizando para conservar adecuadamente determinadas variedades de alimentos, como forma alternativa de conserva al refrigerador. Y es algo que podemos ver a diario en el supermercado: conservas en latas, productos en salazón, alimentos ahumados, y un largo etcétera.
Por lo tanto, la refrigeración de alimentos como método de conserva no tenemos como verla como un sustituto a los métodos anteriores, sino como una opción más que sumar a las diferentes posibilidades que tenemos, y que podemos utilizar en función de las características y necesidades de cada tipo de alimento.