Por todos es sabido que lo mejor que se le puede dar a un recién nacido es la propia leche materna (lo mejor para él y para el bolsillo de los padres, jeje). Por eso me he decidido a contaros algunas pautas que yo misma he seguido con mi bebé, con las que conseguiréis que la época de lactancia sea un éxito.
La OMS aconseja dar el pecho a los recién nacidos hasta los 2 años de edad. Hasta los 6 meses, los bebés pueden alimentarse únicamente de leche materna. Además de ser el alimento 10 nutricionalmente hablando, es el que mejor prepara al intestino del niño para que comience a funcionar, evitando al máximo los temidos cólicos del lactante, el estreñimiento y otros problemas digestivos que pueden aparecer al principio de la vida. Y eso por no hablar de los beneficios a nivel psicológico, que cada vez son más conocidos.
Si os decidís por dar el pecho al bebé, debe ser “a demanda”, o sea, tanto la cantidad de leche a tomar, como el número veces, las marca el bebé. Mi consejo es que vayáis intentando reducir el número de tomas, sobre todo las nocturnas, ya que darle el pecho al bebé cada 30 minutos es agotador. Para conseguir esto es muy importante, por no decir imprescindible, despertar al bebé que se ha quedado dormido al pecho, tantas veces como sea necesario para que lo vacíe. Solo de esa forma se saciará para horas, ya que la grasa de la leche está el final, lo primero que sale del pecho, es casi agua y eso les llena el estómago, pero no les sacia, y por ello vuelven y vuelven a pedir de comer cada poquísimo tiempo.
Yo soy de las que opina que si un niño duerme es porque no tiene hambre, si el pecho es a demanda es a demanda, no le despiertes si lleva dormido 5, 6 ó 7 horas, no le pasa nada. Está plácidamente descansando. Aprovechar y dormid vosotros también, sobre todo la madre, ya que si la madre no descansa, la leche no sube y el bebé pasará hambre (es la pescadilla que se muerde la cola). Estoy segura de que a un bebé le alimenta tanto el dormir como el comer, así que deja que duerma, ya se despertará cuando tenga hambre (ojo, esto de no despertarlos es sólo para niños con un peso y desarrollo normal, y la demanda es solo para la lactancia materna, con la leche de fórmula hay que tener mucho control).
Hay unas pautas muy importantes a la par que sencillas, para conseguir que la lactancia materna sea un éxito:
1.- Lucha para que te pongan a tu niño sobre tu torso desnudo nada más nacer, es lo que se conoce como piel con piel (incluso si es con cesarea, que te lo pongan lo antes posible). De esta forma tu bebé reconoce tu olor y el instinto de mamar es inmediato. Además, de esta forma el cuerpo de la madre produce lo que se conoce como calostros, que es lo primero que el bebé toma y que es un aporte espectacular de grasas y nutrientes (la leche realmente no sube hasta unos cuantos días después).
Intenta que el bebé esté mamando como mucho a los 30 minutos de nacer (si no se puede, que sea cuanto antes).
2.- Intenta que no cojan al bebé durante las 2 primeras horas de vida. Sé que es complicado, abuelos, tíos, hermanos, amigos, etc.; están deseando cogerle y achucharle… Hay que dejarlo claro, el olor que debe recordar el bebé es el de la madre, si lo cogen muchas personas se puede confundir y eso puede provocar que el bebé no coma bien ni se tranquilice en los brazos de la madre (lo lamento por los padres, pero esto también va por ellos).
Durante los primeros días es mejor que cuantas menos personas te visiten en casa, mejor, y sobre todo, intenta que no cojan al niño (lo sé, esto no suena bien, pero cuando se tiene un bebé hay que pensar en él y en su bienestar, no en si las visitas se molestarán o no, ¿no crees?)
3.- Algo muy importante es no darle al bebé chupetes ni biberones, al menos hasta los 15 días de vida. La razón es que los músculos de la boca que utilizan para sujetarlos, son distintos de los que utilizan para succionar el pecho, por lo cual llega un momento que la pobre criatura no sabe como poner la boca para mamar, lo que lleva a muchos fracasos en la lactancia.
4.- La postura para mamar es súper importante: siempre has de colocar al bebé de forma que su ombligo esté en contacto con el tuyo y su pechito con tus costillas. Pero de esto la persona que mejor te puede informar es tu matrona.
Foto: Sofía Rodríguez © para Blogcocina