La frase puede sonar contradictoria, pero Twitter está que arde con el tema de los helados míticos. Tal es el fervor que ha despertado este tema, que el hastag #heladosmiticos se ha convertido en trending topic, lo cual viene a significar que ha sido, durante algún momento, el tema sobre el que más se ha hablado en la famosa red social. Así que yo mismo he sido presa de la nostalgia, y he sentido el ferviente deseo de dedicarle un artículo a los helados míticos. Al fin y al cabo, estamos en verano, y es lo que toca.
Que un tema de discusión como el de los #heladosmiticos (o sea, empezar a lanzar sugerencias sobre los polos y helados que marcaron una época, o al menos que hicieron mella en las papilas gustativas de las generaciones del 70 y del 80), es algo que no me extraña en absoluto. Creo que la tendencia a mitificar cualquier cosa del pasado es una constante en todas las generaciones, pero no sé porqué extraña razón, cualquier referencia al pasado de las generaciones que actualmente ocupan la franja de edad que va de los 25 a los 40 años aproximadamente, provoca en éstos una excitación y un brillo en los ojos fuera de lo normal. Yo estoy en esa franja, así que creedme. Sé de qué estoy hablando.
Si nos ceñimos a lo puramente gastronómico, nada como tocarle la infancia a la gente para incitarles al éxtasis. Se me viene a la cabeza la secuencia de la película Ratatouille en la que el crítico gastronómico, tras llevarse a la boca la menestra de verduras preparada con maestría por el mini chef -la rata-, se ve asaltado por sus recuerdos de la niñez. Aunque se trata de una película de ficción, creo que el guionista da en el clavo a la hora de dar a entender el significado que tienen para cada uno, en función de lo vivido, los sabores, las texturas, los olores, la temperatura, y todo lo que, en definitiva, conforma un bocado de algo en cocina. O si no, que se lo digan a los que a estas horas están bombardeando el Twitter con referencias al viejo Tiburón de Frigo -éste era mi preferido-, al Frigopié de fresa, al refrescante Frigodedo, al mítico Popeye, al simpático Mikolápiz, a los Fantasmikos, al Drácula, al Colajet, al Pirulo Tropical, al Twister, al Calippo, a los Flashes, etc. ¿Y tú, de qué polo no te olvidarás nunca?
Foto: Frigo
Dicen que en tiempos de crisis el cerebro asocia el tiempo pasado al bienestar… por ello las campañas de publicidad tiran de argumentos e incluso anuncios, de los que tiraban hace años, pero que todos tenemos en la memoria… me gusta este post, me he acordado de mis devorados dráculas, frigosdedos y frigopies, los popeyes de limón y, sobre todo, los flas de todos los sabores y colores.