Lo que os voy a contar a continuación no tiene nada que ver con los altos índices de radiactividad detectados en algunos alimentos en Japón, concretamente en las inmediaciones de Fukushima, ni con la comida basura de los fast food, ni si quiera con la manipulación de los alimentos que, a día de hoy, nos ha llevado a crear frutas y verduras perfectas a simple vista, pero con un sabor triste, a veces casi imperceptible. Ya di opinión acerca de este tema en el artículo ¿A qué saben las nubes? La comida de plástico japonesa de la que vengo a hablaros hoy es comida de exposición, afortunadamente, aunque el hecho de que muchos de vosotros hayáis pensado en lo peor (que levanten la mano los que han pensado en comida de verdad), es una muestra del extremo en el que nos encontramos en lo que a la anarquía alimenticia de la fast life se refiere. Todo vale.
Pero no, la comida de plástico a la que me refiero en este caso es falsa comida que sirve de muestra en muchos escaparates de establecimientos de comida en Japón, y es algo incluso bonito. Al menos es digno de ver por su valor artístico, técnico o artesanal, como queramos llamarlo, aunque habrá a quienes esto les parezca una horterada. Estos falsos platos, al parecer son hechos y pintados a mano, y tienen su razón de ser en el carácter perecedero de la comida real. Nosotros usamos fotos que en verano, con el Sol, quedan abrasadas y muestran alterados los colores de los alimentos, pero los orientales son así. Son orientales. Y ellos estarán acostumbrados a verlos, pero yo me imagino a una excursión de españolitos entrando en un local con expositores de comida de plástico, ametrallando embelesados los platos con sus cámaras de fotos ante la mirada atónita de los japoneses allí presentes. El mundo al revés.
Foto: BadOlo
Yo soy gran fan de la comida de plástico japonesa. Tengo algunas fotos muy buenas, a ver si un día las comparto 🙂
Eres una cajita de sorpresas.