Parece que en los últimos tiempos, al ser humano no le basta con alimentarse, si no que necesita comer alimentos que hace nada eran impensables y que su fabricación y presentación poco o nada tienen que ver con una necesidad tan imperiosa como la subsistencia.
Algo que actualmente está en auge, son los helados salados. Parece que a los tradicionales helados de chocolate, vainilla, nata y fresa, les han salido unos grandes competidores con sabor a pimiento, aceite de oliva, vinagre de Módena, mostaza o queso, por poner algunos ejemplos entre muchos otros.
Afortunadamente, parece que la elaboración de estos helados no es tan “extraña” como la creación de muchos otros alimentos que llenan, cada vez con más asiduidad, las mesas de restaurantes a lo largo y ancho del planeta, y es que estos helados pueden ser un aliño ideal para ensaladas, o un acompañamiento perfecto de carnes y pescados, llenando, de esa forma, los platos de los comensales de sorprendentes texturas y sabores que son toda una incógnita hasta el momento de probar el primer bocado.
Si a los helados dulces y salados, añadimos también los helados alcohólicos, podemos salir de casa al medio día y tomar con los amigos, en lugar de las tradiconales cañas, helado de cerveza, ir de comida o cena y tomar helados de queso, de paella o un helado doble de pan y queso, y terminar la noche con unas buenas copas de helado con sabor a mojito, vodka con naranja o ron con limón… Desde luego para algunos amantes de este refrescante alimento puede llegar a ser perfecto (aunque tengo que admitir que a mí el helado me encanta y estos no me apetece nada probarlos).
Foto: Charles Haynes
Que gran diversida de sabores. Todo sea por innovar y para sorprender al paladar.
Me gustaría probar el de mojito y el de queso 😉