Las cocinas son un lugar genial para reírse. No sé si serán los efluvios de buen rollo que liberan las ollas, sartenes y calderos mientras cocinamos, los que nos hacen ponernos contentos y desatar nuestra vena cómica, pero el caso es que, aunque desconozco ningún posible estudio científico que corrobore lo que voy a decir, estoy seguro de que las cocinas son los espacios de nuestras casas en los que más enseñamos y hacemos vibrar nuestras campanillas.
Yo defiendo el humor en la cocina, así como el humor que utiliza como pretexto cualquier elemento gastronómico, lo cual no está reñido con tomarse el acto mismo de cocinar con toda la seriedad del mundo, algo que también defiendo y practico. Así que hoy vengo a enseñaros algunas muestras de humor fotogastronómico -o humor gráfico gastronómico- que me han llegado a través de diferentes fuentes. Las cuatro primeras las he encontrado en El Jueves (es imprescindible leer el pie de foto), la quinta es una de mis tiras preferidas de la serie de “The Eggventures of Eggbert”,y la última se la robé a un amigo del «feisbu», y luego he descubierto que es de un humorista gráfico llamado Montt, que tiene un blog genial –Dosisdiarias– en el que publica una ilustración al día desde el año 2006. Os las dejo en orden de intensidad humorística ascendente, según mi propio criterio:
1. Pizza completa. La gracia y la no gracia de esta foto reside en que tiene pinta de ser una imagen real de una pizza real. Es un monumento en sí mismo a la comida basura.
2. Terror. Es increíble lo que se puede conseguir con un par de ojillos de mentira mirando en la dirección correcta.
3. Kebab. Llama la atención el parecido de la llama y del rulo en la llama. ¿Me se entiende?
4. Tragarse el chicle. Bueno, éste…; gastronómico, gastronómico no es que sea, pero venga, aceptamos barco.
5. It’s not such a bad death… Hay que echarle muchos huevos para estar a punto de morir y disfrutar del momento.
6. El chiste del brócoli, la nuez y el hongo. Pobre hongo.