¡Improvisar…! En la cocina, una de las cosas que más me gustan es improvisar. No tener ni idea de lo que voy a comer, abrir el frigorífico y hacer «algo» con lo que tengo en la nevera: una receta sorpresa. El resultado es unas veces incomible, otras pasable pero no «repetible», y otras, como ésta, es un plato de 9 sobre 10.
Eso sí, las improvisaciones, aunque nos las tomemos como tales, son, cuando se lleva muchos años cocinando, la suma de varios procesos que ya conocemos por separado, aunque no juntos. Sabores y texturas, tiempos de cocinado, etc. Por lo que no es lo mismo improvisar, que mezclar por mezclar.
En este caso, vosotros vais a tener la suerte de elaborar el plato después de haber sido testado. No experimentaréis, iréis sobre seguro camino del éxito.
¡Que disfrutéis de mis calabacines sorpresa!
Ingredientes para 3 personas:
3 calabacines pequeños y nuevos
200 gr. de setas variadas (las mías eran congeladas)
2 filetes de pechuga de pollo
2 cebollas medianas
4 ó 5 quesitos o lonchas de queso
Leche (yo la eché de soja)
Queso curado para rallar, o rallado
Maizena (opcional)
Aceite de oliva y sal
Elaboración:
1. Echa un poco de aceite en una sartén y pocha la cebolla (a fuego muy lento).
2. Abre los calabacines por la mitad y retira con una puntilla y mucho cuidado toda la carne que puedas (cuanta más mejor) sin romper la piel. Puedes ayudarte de una cuchara o un sacabocados para apurar y retirar la carne. Sazona los calabacines por dentro, para que suden y suelten agua. Reserva por pares, ya que luego vamos a volver a montar el calabacín.
3. Cuando la cebolla esté rendidita, añade las setas y rehoga. Mientras, trocea pequeñito el pollo y, cuando esté troceado añádelo al sofrito. Mezcla bien y déjalo a fuego bajito.
4. Trocea la carne de los calabacines en cuadraditos y agrégala al sofrito. Remueve y sazona.
5. Mientras el calabacín se hace, prepara el hojaldre, estirándolo para dejarlo finito.
6. Escurre las barcas de calabacín y colócalas boca abajo.
7. Cuando el sofrito esté bien rendido, echa los quesitos y un chorro de leche para que no esté tan seco (si es al contrario, y la salsa te queda muy líquida, añade un poco de maizena).
8. Corta el hojaldre en 3 partes iguales y coloca una mitad de cada calabacín sobre cada una de ellas. Cuando la salsa haya ligado y espesado, rellena los 3 calabacines que has colocado sobre el hojaldre, de modo que haga una buena montaña en el centro. De esa forma, al colocar la otra mitad encima, no quedará hueco.
9. Ralla queso sobre cada calabacín relleno (no te preocupes si se cae sobre el hojaldre) y tapa los calabacines con su correspondiente mitad.
10. Enrolla los calabacines en el hojaldre, colócalos en una placa de horno con papel de hornear (no es imprescindible, pero evitas que se pegue) y hornéalos a 180ºC durante unos 20 minutos.
Para hacer las fotos, como veis, no usé hojaldre, sino masa de pizza, pero luego lo repetí con hojaldre y está mucho más rico. De todas formas, que sepáis que también se puede hacer con masa de pizza.
Hay otros rellenos pero la presentación y la idea son únicas.
Además hay más pastas para envolver: ¿Qué tal brick?
Un besino
Me alegra que te haya gustado la idea, la verdad es que fue un momento de inspiración ínico, jejejeje.
Estoy segura que con pasta brick también quedará delicioso, el caso es que no se sepa lo que es y que parezca que el calabacin no está relleno.
Saludos.
Mmm.. pues me la apunto con la modificación de Valdomicer 🙂
Creo que será más ligera y dará un toque crujiente al plato. Eso sí, el relleno lo mantengo, que tiene que estar de lujo!
¡Gracias por estas ideas!
Andrea, te aseguro que el relleno está delicioso de verdad. Si la haces me lo cuentas.
Por cierto, que con lo que me sobró del relleno me hice una pasta para comer al día siguiente, que estaba tan tica o más que los calabacines.
Saludos.