El título parece alarmante, pero la realidad no lo es menos. Varias campañas -muchas de ellas auspiciadas por los distintos gobiernos de los países pesqueros de Europa, y por la misma Unión Europea-, están intentando concienciar a la población de una crisis -otra- que está teniendo lugar a nivel submarino y que poco entiende de las subidas y bajadas de los índices bursátiles, o de la euforia y la desconfianza de los mercados financieros: la crisis del pescado. O sí entiende, ya que las razones de este problema no son responsabilidad del propio pescado, sino del hombre.
El problema es el siguiente: debido a la sobreexplotación de los recursos pesqueros del mar Mediterráneo y del océano Atlántico, muchas de las especies de pescado más consumidas se encuentran al borde de la extinción, o lo han estado en los últimos años. En 2005, la anchoa estuvo a punto de desaparecer, y sólo medidas drásticas como la prohibición de su pesca durante casi 5 años, permitieron su recuperación. Pero en la actualidad, a la anchoa le siguen otras especies igualmente populares como el besugo, la anguila, el mero, el bacalao, el atún rojo, etc.; que están reclamando actuaciones de urgencia.
El vídeo que os muestro a continuación pertenece a una campaña de la Comisión Europea dirigido a los consumidores, en el que se plantea la compra de pescado como un proceso respetuoso y racional, en relación con los criterios de sostenibilidad.
Posibles soluciones a la crisis del pescado.
A la hora de aportar soluciones a la incipiente reducción de ejemplares en los caladeros de pescado, todos hemos oído hablar alguna vez de frases como «compra marisco y pescado sostenible». Pero, ¿en qué se traduce esto en la práctica? Parece que cuando la relación del consumidor con el pescado se reduce a pasarse por la pescadería y escoger lo más conveniente para sus gustos y para su bolsillo, la mayoría pensamos que la responsabilidad recae sobre otros: minoristas, pescadores, grandes compañías pesqueras y de procesado de pescado, políticos, etc. Pero no es del todo así. A continuación, enumero una serie de buenas conductas en relación con la compra del pescado, que pueden ayudar a la mejora de la situación actual:
1. Varía en cuanto al tipo de especies que consumes, apostando por otras menos conocidas, pero más numerosas. En este sentido, lo mejor es dejarse recomendar por el pescadero.
2. Infórmate antes de comprar. La sobrepesca no se da por igual en todos los caladeros, ni afecta por igual a todas las especies. Por eso conviene informarse de la procedencia del pescado y de las especies que se encuentran en peligro de extinción, y las que no.
3. Pezqueñines, no. Hay pescados que se están vendiendo con un tamaño inferior al recomendado, y nada como el rechazo de los consumidores (aunque los que se ven ya estén pescados) puede acarrear el abandono de esta práctica.
4. Compra siempre pescado de temporada. En este informe de Eroski Consumer puedes consultar el calendario de temporada del pescado. Comprar cada cosa en su época, ayuda a respetar el ciclo biológico de cada especie.
Si queréis más información sobre este tema, la encontraréis en la web Escogetupescado.eu, en FROM.es, y en Fishonline.org (en inglés).
Que noticia más triste!!!
Oigan todos, he empezado un nuevo blog, aquí os dejo mi enlace, por si me quereis pegar una visitilla 🙂
http://saborsabor.myblog.de/
En realidad, lo que he tratado de transmitir es de todo menos tristeza: esperanza, buenas maneras en la compra de pescado, etc. ¡Ánimo con el blog!
Tu lo has dicho ricardo, sobre todo buenas maneras…