Es curioso y no lo es al mismo tiempo, que el boom que las franquicias de yogur helado -o frozen yogurt- está teniendo en la actualidad en medio mundo, sea una tendencia made in USA. Lo es porque el yogur es un alimento saludable, y en lo que a hábitos gastronómicos se refiere, los americanos han sido tradicionalmente exportadores de alimentos y hábitos alimenticios de mala reputación, como las hamburguesas, los perritos calientes, los donuts, y todo lo que tiene que ver con el fast food. No obstante, la mayoría de las modas, gastronómicas o no, que invaden nuestras vidas, provienen de Estados Unidos, por lo que tampoco tiene que extrañarnos demasiado el lugar de origen del fenómeno de los yogures helados.
El caso es que ya hace tiempo que venía observando en mi ciudad y en otras por las que he estado en los últimos meses, la aparición de un nuevo concepto de negocio que me había llamado la atención: son locales con aspecto de heladería, iluminados con luces neón de colores sugerentes, y con una imagen que resalta el carácter sano y nutritivo, a la vez que sabroso y refrescante, de lo que allí se ofrece. Y lo que allí se ofrece no es otra cosa que yogur helado -de todos los sabores, eso sí- cuya presencia final se puede personalizar con frutas de colores, frutos secos, pepitas de chocolate, caramelos, gominolas, etc.
Y es que los yogures helados, a diferencia de los helados tradicionales, tienen un bajo contenido en grasas; y eso, en una sociedad como la nuestra, cada vez más preocupada por la alimentación sana -los unos-, o por las dietas de toda índole procuradoras de una imagen acorde con el estereotipo que venden los medios -los otros-, supone un excelente reclamo. Sobre todo cuando se trata de una golosina, una merienda, un pretexto para el disfrute… Es, por tanto, todo un placer sin remordimientos. Bienvenidos sean, pues, los yogures helados a España.
Foto: swimparallel
¡Yogulado! Me recuerda al de los Simpsons: http://www.youtube.com/watch?v=HJviQsGZt-E
Además de en Madrid, en otras ciudades más pequeñitas como Cáceres existen locales parecidos con una gran variedad de sabores.
Genial entonces, a comer yogures helados este verano, sin preocuparnos de la línea.
Tampoco es eso, Lupe. Como siempre decimos, una alimentación sana pasa por el equilibrio. Lo que sí parece buena idea es sustituir los helados tradicionales por yogures helados. Sin mucho aderezo, claro, sobre todo si éstos son hipercalóricos o tienen muchas grasas. De todas formas, tomarse un helado de vez en cuando comiendo sano y haciendo ejercicio a diario, no es ningún atentado contra la línea 😉